Un tiempo roto se tropezó en lo alto.
Niebla de olvido y pérdida lo envolvían.
Dile a la roca sin sombra
Que me excluya de su viaje a través del tiempo.
Dulces palabras llenan los jardines, y en los cántaros resplandece
Un agua que enciende todos los fuegos del mundo.

Una llama consumió los pastos de aquel mi viento gélido.
El rumor de ese llanto anegaba los rincones.
Las bestias se escondían en agujeros profundos cuajados de diamantes.
Silencioso grito a través del viento.
Airado rumor llevado por susurros de escarcha.

Dile al viento que me consuma
Dile al fuego que apague este momento.
Dile al agua que me seque las lágrimas.
Y en la tierra del confín del mundo
No hay espacio para albergar toda esta locura.

Locura de un mundo sin roca
De un viento sin alba
De una noche sin luna
Y de una luna sin alma.

En las aguas arrojé el manto a las olas.
Mi llama ardió, devorándome.
Y ese rumor eterno de un viento helado ahoga mis súplicas
No hay descanso.
Si tienes frío, me quemo
Si ardo, te congelo

Un tiempo roto me espera.
Un instante y se me ha olvidado…
Me dejaré llevar por el susurro de la fragancia de este tiempo
En la sonrisa de una noche cálida
Espero el rumor del viento de la costa más lejana.

Edanna