Dado el notable éxito de aquel extracto sobre la breve biografía de Dios. Me animo a continuar extrayendo algún que otro manjar de tan educativa obra. Animándote a buscarla en las bastas regiones del conocimiento.
Y recuerda que para resumir; dios es una necesidad, no un hecho. Dios es una creación de nuestra mente, debido a nuestra incapacidad para concebir ideas más abstractas. Una mente que no puede concebir otro concepto que el de una madre, un inicio y un fin, un castigo y una recompensa. Una madre que da a luz un universo. Sencillamente, una respuesta a las preguntas basada en un reflejo cósmico de nuestra propia existencia.
Con un poco de esfuerzo, puedes llegar a comprender que en el fondo es un concepto bastante torpe.
Una idea diferente, se escapa de nuestras posibilidades. ¿Hasta ahora?
Eso sí, como Mito, es inigualable, y me encanta.
El problema es, que al eliminar a dios, se tiende a eliminar la ética y los valores morales. Ética y Moral, no tienen nada que ver con dios. Es quizás ese, el mayor temor de los que creen que han de vigilar al «rebaño» para que no se desmadre. O de los que justifican sus acciones, con su falta de creencias.
Una cosa, no justifica la otra. Pero el «rebaño», ha de pensar por si mismo.
Manual del perfecto Ateo II (anónimo)
2. DIOS, S.A.
Desde sus orígenes, la relación del hombre y la naturaleza tiene un doble aspecto: el dominio que las todopoderosas fuerzas naturales ejercen sobre el hombre, incapaz de entenderlas siquiera (ya no se diga de controlarlas); y el dominio que poco a poco, gracias a sus instrumentos de trabajo, medios de producción y capacidad, consigue el hombre sobre la naturaleza. Ese poco a poco viene a ser una especie de técnica (conocimiento de plantas, de fenómenos naturales, de funciones anatómicas) mediante el cual el hombre primitivo cree poder influir de modo fantástico sobre la todopoderosa naturaleza; esa técnica es precisamente la magia.
Confundida con la religión la magia es pronto aprovechada y localizada en algunos individuos que se suponen dotados de “poderes” extraordinarios. Individuos que gracias a sus mayores conocimientos o al desarrollo de sus facultades sensoriales logran detener alguna enfermedad, prever algún acontecimiento, explicar algún fenómeno o, en una palabra hacer creer a los demás en lo que ellos querían, atribuyendo sus facultades a acuerdos o regalos de los dioses. Y así fue como nacieron los magos, brujos (o sacerdotes) y con ellos la primer minoría dominante, la primer clase explotadora.
El sacerdote, es decir el mago se atribuye y se inventa una representación de los dioses: gracias a esos poderes logra comunicarse con los dioses y servir de “enlace”, vocero y receptor de sus deseos, por ejemplo:
El dios quiere que le levanten un templo sobre el cerro.
Debemos tener contentos a los dioses para que nos traten bien.
Hay que regalarles lo mejor que tengamos para que nos manden la lluvia.
Los dioses no quieres que seamos ricos: sacrifiquemos en su honor el oro.
Dudar de dios es un pecado contra dios, que puede enojarse y castigarnos.
El razonamiento es muy simple y “lógico” para los hombres ignorantes de todo: “Los dioses son los que manejan todo: el sol, la luna, las estrellas, los volcanes, los mares, las plantas, los animales y a los hombres”. “ Si estos no se portan bien con ellos, los dioses se enojan, y si se enojan, nos mandan plagas, terremotos, pestes, inundaciones y muerte; pero si los tenemos contentos nos darán mucho que comer, que beber y un arco iris de felicidad y technicolor, además de alojamiento en su hotel en la otra vida”.
Esta fue la primer ideología de una religión y la que se sigue aun practicando entre la gente aun ignorante. Y lo mas increíble es que todas esas incredibilidades sigan siendo creíbles.
Dicen que el hombre necesita creer ¡La fe es lo que los sostiene! Más bien lo que pasa es que algunos hombres necesitan que otros crean para seguirlos explotando: el día en que nadie crea en las religiones esos algunos tendrán que trabajar (me imagino al papa trabajando de albañil). (NDE: aquí, más que el alegato pro-proletariado, pienso que esta es la razón por la cual el hombre cree. El hombre necesita creer para sostenerse, por tanto llegamos a que dios es una necesidad. ¿Podremos un día aceptar que es una necesidad y asumirlo? )
Un estudio de las religiones que han existido en el mundo nos demuestran que todas tienen iguales bases ideológicas:
– La idea de un dios creador que mora en un lugar especial, desde donde maneja todo en plan omnipotente vigilando el comportamiento de los humanos.
– Dicho dios creador creó a su vez a otros dioses o tuvo hijos con la tierra o con alguna terrícola: ese hombre hecho dios fundó en la tierra la verdadera y única religión del dios creador.
– Los humanos que siguen esa religión (leyes y ritos) serán bien vistos por dios, quien al morir se los llevara a vivir con el, o los castigará con el infierno si no se portaran bien.
Ese es en apretada síntesis, el know-how de cualquier empresa religiosa, fórmula secreta que ha tenido éxito desde hace una turrutera de siglos y siglos. Una persona, un “creyente” debe creer pues, en 4 cosas básicamente:
En un poder superior.
En vivir de acuerdo a los deseos de ese poder.
En pedirle a ese poder cosas.
En la otra vida, que será de acuerdo al comportamiento en esta.
Como se ve el motor de toda religión es el temor a ser castigado por el ser supremo: no hay otra motivación en ninguna religión. El temor a lo desconocido, el famoso “temor de Dios”. Los brujos, magos, los sacerdotes utilizaron magistralmente la ignorancia del hombre para hacerlo “creer”, ya creyendo, manejarlo a su gusto y conveniencia. Para tener contento a los supremos poderes, hay que respetar sus leyes, seguir sus mandatos y practicar sus ritos y ceremonias.
¿Cómo es que los hombres se enteraron de cual era la voluntad de los dioses y como conocieron sus leyes? Muy sencillo: dios se “comunico” con sus corresponsales en la tierra (brujos, magos, sacerdotes…). Curioso, sin embargo que en cuanta ocasión los dioses dictaron sus deseos, estos hayan sido diferentes para las distintas religiones; a los caldeos les dijo una cosa, a los aztecas otra, distinta a la de los egipcios y muy otra a los hebreos. Digno también de analizarse es el hecho que dios no ha vuelto a comunicarse con nadie desde hace más de 2000 años.
Es el caso que los dioses (por medios y formas no muy claras) “inspiraron” a diversas gentes para que transmitieran a los demás mortales sus deseos. Pero lo mas curioso es que nunca se dirigió a los pobres, y siempre a miembros de las clases dominantes, lo cual es como para pensarlo un rato.
Sea como sea, es el caso que dios expresó su voluntad a los humanos, voluntad que quedó escrita en los libros sagrados desde tiempos muy inmemoriales:
§- LA BIBLIA.
§- EL POPOL VUH.
§- EL CORAN.
§- EL CHILAM BALAM.
§- EL UGARIT.
§- EL MIQRAIT.
§- EL RIG VEDA
§- EL AVESTA.
§- EL LIBRO DE LOS MUERTOS.
§- EL RAMAYANA.
§- EL ADIGRÁN.
§- EL TAO TE KING.
§- EL TRATADO DE LAS ACCIONES.
§- EL LIBRO DE CON-FUCIO.
§- LOS SAGAS.
§- EL NUEVO TESTA-MENTO.
§- EL LIBRO MORMON.
§- EL CIENCIA Y SALUD.
Todos los libros mencionados anteriormente constan de varios capítulos:
§ Memorias de dios.
§ Testamento de dios.
§ Leyes de dios.
§ Ritos a seguir.
§ Anecdotario.
Pero ninguno trae “fe de erratas”, porque como ya se dijo antes nada coincide entre los distintos libros dictados por dios: ni sus memorias, ni sus deseos, ni sus leyes, ni los ritos que ordena en su honor. Y lo mismo que pasa con dios pasa con sus libros ¿Cuál es el verdadero testamento, cuales sus leyes, cuales sus memorias y cuales sus anécdotas? ¿Alguien lo sabe? mejor preguntémonos despojados de prejuicios y fanatismo ¿Hay algún libro “divino” digno de ser creído?, ¿Contamos con alguna prueba del origen divino de alguno de los libros sagrados? No, solo la palabra de los magos, brujos, sacerdotes, ministros, pastores, monjes, lamas o como quieran llamarse.
¿Basta con tan contundente prueba? Sinceramente NO, de modo y manera que seguimos adelante con la búsqueda de pruebas a favor de la pretendida divinidad de los librotes santos, incluida la Biblia
No soy antropólogo, y «doctores tiene la iglesia» que corrijan nuestras apreciaciones, pero a mí me parece muy razonable y sensato lo que expones.
Mi «Biblia» es «Guia de la Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento» (en volúmenes separados) de Isaac Asimov que, en 1.969 realizó la enorme tarea científica de ir desmenuzando toda la Biblia libro a libro, comparándola con los hechos históricos conocidos y documentados. Me parece una maravilla. ¿La conoces?
Saludos.
Pues si, hace tiempo tuve un ejemplar que acabó perdido en una mudanza. Un libro genial e interesantísimo que hacía un recorrido exhaustivo. Tengo que recuperarlo.
Saludos cordiales :)
Hola:
Respecto de la moral la ética y Dios diré, sinceramente, y sin ánimo de ofender, que:
si deseas destronar a Dios debrías conocer mejor a tu rival. Tus argumentos solo son una mirada superfical que se halla anclada en el aspecto más bajo. La Morada de la Causa Primera no es la Naturaleza ni el contexto histórico de un libro o de una relegión. Mucho menos una clase social o una serie de ideales políticos, sociales o humanistas. Los razonamientos de este tipo no conducen a nada. Puestos que lanzas golpes a ciegas y pretendes luchar contra un fatasma. Este mundo no es el lugar donde debes presentar tu batalla. Ahora bien, si miras este mundo veras facilmente que nada permanece constante, que nada es eterno. ¿como puede un entorno que nos demuestra en cada acto que el cambio es constante y permanente generar una idea de un Ser Increado y por lo tanto eterno? Porque, sin embargo, en este mundo existe algo verdaderamente eterno e inmutable. Y es precisamente esta ley del cambio lo que se mantiene eterno y nunca cambia. Este principio del cambio constante es la puerta de acceso a la idea de la Eternidad. De que existe un punto fijo, un punto de anclaje de todo lo manifestado.Esta idea de un principio primero puede cubrirse con muchos ropajes, pero como bien dices la moral y la ética no son más que un aspecto bajo y despreciable de esta idea de un centro eterno y permanente. Su búsqueda puede asumir muchas formas: religiosa, mística, caballaresca, ritualística, épica, mitológica, mágica, heróica, esotérica, etc. Pero, lo importante es que el principio rector que dá un eje al Universo entero, también, dá un eje al interior del hombre. Es el eje del mundo. Este eje es lo que marca la diferencia entre lo deseable y lo no deseable, entre lo correcto y lo no correcto. Sin este eje, no hay capacidad de verdadero discernimiento. La moral y la ética se convierten en simples reglas formales que no pueden ser internalizadas por el ser humano, al quedar despojadas del eje del mundo, el hombre las percibe como algo externo y ajeno, impuesto por el medio. Entonces dejan de ser eternas y permanentes (al igual que la ley del cambio que rige este mundo) y pierden su operatividad. Para que seguir una serie de reglas si al fin y al cabo nada es permanente y las reglas más tarde o más temprano son caprichosas y circunstanciales? Al perder el criterio de Virtud, como camino hacia lo permanente, se produce una decadencia de los valores y una degradación de la condición humana en general. Que quede bien calro que no hablo a favor de una determinada escala o sistemas de valores en detrenimiento de otro, lo importante es que esta escala exista y el individiuo se identifique con ella de forma viceral, lo que implica un Eje interno, un templo interno, una idea de un centro eterno y permanente que le permita abordar con claridad y certeza los constantes cambios del entorno. Llamase a esto Sabiduría, Sophia, Verdad, Luz, como quiera. El ateo, desde este punto de vista, cree escapar de esta búsqueda, pero no hace más que retomarla en su parte menos profunda, es alguién que depositó su eje en algo demasiado mundano y endeble.
No me interesa hablar ni a favor ni encontra de Dios, creo que es una experiencia personalísima y verdaderamente inefable. De nada sirve discutir con otro de la veracidad de su existencia. No veo mas que un vano e innecesario debate que no conduce a ningún lado en realidad. Pero sí me atrevo a sugerirte que si deseas escribir sobre el tema, es mejor que eleves tu búsqueda a otros niveles (lo que no quiere decir que cambies tu idea sobre el asunto). Es decir, que seas más profunda en tus argumentos y que comprendas algo mejor las dimensiones del asunto que estas tratando, porque sólo has visto, como se dice vulgarmente, la punta del iceberg…
Saludos, gracias por tu comentario.
Soy consciente de que un pequeño texto en un blog no es más que la punta del iceberg como bien dices. Este texto, sacado de un libro anónimo denominado «El manual del perfecto Ateo» es desde luego una aproximación bastante ligera y más bien sarcástica a todos los argumentos concebibles y que ya han existido en este mundo desde hace mucho. Desde luego, sus argumentos en contra de los textos «sagrados» no son ni de lejos un debate con elementos filosóficos serios, contundentes, ni es la vía en caso de querer destronar a ningún dios en la tierra. Es bastante ligero, como aproximación a un debate serio de cualquier tipo.
Dios para mí no es un rival, es folclore. No pretendo destronar a ningún dios, ni dios es mi enemigo, pues para mí el concepto de un creador, en cualquiera de sus variantes es solo un mito. Estas páginas son mi diario y es mi concepto, así que a fin de cuentas, a dios ya lo he destronado, si lo quieres llamar así. Dios no sirve para mí, y eso es lo que importa. Y este espacio no es un púlpito, es un diario, que cualquiera puede ojear.
EL concepto de un dios-creador como eje que le da sentido a la moral y a la virtud me parece una asignatura pendiente de la humanidad. EL hombre debería disponer de un eje moral y una virtud por «conciencia propia» y no dictado o como necesidad y argumento para que la moral sea irrefutable y válida. Pues mientras eso suceda, el hombre se sigue engañando a sí mismo. EL principal temor de los defensores de un dios, es pensar que si se pierde el concepto de este, se rompería el cimiento que sustenta la moral, su sentido y su propósito. Cosa que ocurre ya, sin duda.
Es por esto que el hombre ha de evolucionar, y eso es lo que creo firmemente. Evolucionar para comprender que la ética es un pilar fundamental si queremos vivir en sociedad y construir un mundo mejor. Es la ética y la moral, cosa nuestra, y tenemos que comprender que vienen de nosotros, no de dios. Ni de ningún dios.
Dios es desde luego un concepto abstracto, que le da sentido a muchas ideas que sustentan nuestra civilización. Pero dios es un invento nuestro. Y eso es lo que tenemos que aprender.
Pero para aprender eso, ha de pasar mucho tiempo todavía, porque aún somos perritos, que si no mira el amo,le mordisqueamos las zapatillas, al creer que no hay nadie mirando.
El ser humano necesita ser consciente de su propia existencia, ajena, a cualquier propósito de una entidad superior. Solo, firme y consciente de su yo. Y de su propia responsabilidad. De su firme propósito en ser mejor día a día. En ser mejor persona día a día. Por decisión individual y por entendimiento personal de que es así y solo así como podrá construir su futuro. Y si acaso, poder llegar a tocar las estrellas.
Y ese firme propósito lo ha de entender muy bien. Entender que la religión le dió una respuesta a sus preguntas durante un tiempo. Pero que ese tiempo llega a su fin, y se ha de enfrentar a sí mismo de una vez por todas. Proponerse ser mejor si quiere avanzar, o autodestruirse, y a este mundo con él, si no lo consigue.
Una vez más agradezco tu comentario, pues creo que complementa perfectamente esa entrada en este diario.
Atentamente
Edanna
Considero que es demasiado tu afan por «no creer» y buscas muchos razonamientos logicos para anclarte más a tu idea, –¿sera acaso que no logras convencerte del todo?– La fe es muy distinta a la conceptualización superficial que tienes y podría al igual que tu aventarme un «rollo» o fusilarme el de alguien pero no es mi estilo.
Te propongo busques llegar a conclusiones a partir de otro camino, es un proceso inverso –al que me aventuro pensar que has seguido– al de buscar argumentos que fortalecen tu idea sobre la no-existencia de Dios; es más bien buscar argumentos –con el mismo esmero– que contrarian tu propia idea; aver a que sale despues de un tiempo prudencial.
No pretendo con lo anterior que cambies tu opinión sobre el tema, personalmente tengo ideas opuestas a las tuyas y al igual que tu algun día acaso poder llegar a tocar las estrellas. (Estamos en la misma busqueda mi hermano)
Saludos.