Son algunas de las ilustraciones que te hicieron soñar cuando leías algún viejo libro de cuentos, manchado por el tiempo y la mantequilla de la merienda. Sin aquellas imágenes, esos cuentos que leíste hace tiempo nunca habrían sido lo mismo, pues forjaron en tu mente una experiencia vívida y sólida. El apoyo visual, complementaba la imaginación, transformando tus cuentos favoritos, en viajes inolvidables.
Siempre ha sucedido en la lectura, pues tal es su belleza y su magia, que imaginamos lo que nos cuenta el narrador según nuestro bagaje cultural, experiencias, vivencias y ensoñaciones. Estas ilustraciones, nos ayudaron a forjar los cimientos de nuestro estilo personal y nuestros gustos.
Son unos paisajes propios que van mucho más allá de ofrecer la visión del artista, pues en el proceso le hemos añadido nuestra propia esencia al leer esas historias, y de esa forma, aquellas narraciones se han vuelto únicas en nuestro interior.
En nocloo.com, su autor hace un recorrido por la época dorada de los ilustradores de libros de cuentos y muchos clásicos que en las primeras décadas del siglo XX era corriente se imprimieran bellamente ilustrados. Entre ellos reencontramos las maravillosas ilustraciones de Alicia en el País de las Maravillas, La Leyenda de Sleepy Hollow o Sueño de una Noche de Verano por Arthur Rackham entre muchos otros.
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