Edanna

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La espiga

Por |2011-05-20T01:10:58-04:00mayo 19th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Los días quince, dieciséis y diecisiete llovió sin parar. Cuando la gente volvió a salir de sus casas un cielo azul asomó más allá de las montañas desde dondequiera que hubiese estado escondido, tras unos días de meditación que no le vinieron mal a unos cuantos, y que pusieron en orden las relaciones conyugales de no precisamente otros pocos; pero menos que los que, más que ordenarlas, las extraviaron. Pero lo más

Interestatal 327

Por |2011-05-15T11:58:35-04:00mayo 15th, 2011|Libro de horas|

Hay un cruce, a treinta kilómetros. Hacia un lado, el este; hacia el otro, el oeste. Bordeado de abetos y renacido el manto de esmeralda, desapareció la nieve de este año y vuelven a brotar los nenúfares en todos los estanques hasta el horizonte, allí donde el frío habita durante todo el año. Una vez quise caminar hasta allí y dejarme llevar...   Intimidad... en muchos lugares y como se comenta en

La tierra que lleva tu nombre

Por |2011-04-21T16:37:27-04:00abril 20th, 2011|Libro de horas, Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Antaño comencé a recorrer la tierra que se ve a sí misma como aquel lugar que sin un nombre, es capaz de designarse cada tarde con mil acertijos diferentes. Es una tierra que se pone a sí misma sus nombres según su propio capricho. Lugares remotos que van y que vienen, emergiendo, desvaneciéndose. Si miras los mapas, cada cierto tiempo alcanzarás a apreciar que, de forma súbita, los calificativos de ríos, mares,

Necesidades

Por |2011-04-16T16:46:22-04:00abril 16th, 2011|Realidad básica|

Cuando a mi amiga Ana se enteró de que la pulsera de “Tous” tenía que ser comprada en un establecimiento autorizado, no dudó en coger su iPod, algunas gominolas y ponerse cómoda delante de las puertas de uno de los locales de la firma que hacía poco había sido abierto en un centro comercial de la localidad. Tras deleitarse y sufrir al mismo tiempo unas tres largas horas de cola, finalmente pudo

Los pájaros de Sherbrooke

Por |2011-03-19T20:54:08-04:00marzo 19th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Poco después de dejar Victoria Avenue, entrando en Sherbrooke hacia el oeste, hay un callejón atestado de contenedores de basura con un techo tejido a base de cables telefónicos; una enredada maraña bordada sobre otro camino espolvoreado de soledades. La otra noche apareció un hombre arropado sobre su túnica de escarcha. Las luces que huían de la calle principal se reflejaban todavía sobre el rostro revestido sólo de hielo y una mirada

El viento entre los árboles

Por |2011-03-15T19:27:08-04:00marzo 15th, 2011|Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Hay un siseo entre tú y yo, con un firmamento allá abajo, esperando. Cuando extiendes los brazos lo puedo abrazar, en un esfuerzo que no es inútil, si sabes a qué me refiero. Es frío, es acogedor, es el viento entre los árboles. Y es la noche que me reflejan tus ojos. Me dejo acunar, dulce, amargo y tan... benévolo..., que aquí deseo vivir hasta el fin de los días. Pues te

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