Notas y diario personal.
De Grenville a Hawkesbury
Imagino mi tiempo ―pues yo siempre he sido capaz de imaginar muchas cosas― como una pastillita de jabón que, dando saltitos de mano en mano, corre el riesgo de caerse al suelo de las duchas, allí, donde termina mi suerte y se extienden las sombras… Porque el tiempo se va y cada vez más siento ese único y tan extraño escalofrío. Ese que Juan sin miedo descubrió cuando le pusieron el cetro