Todas las cosas jamás soñadas

Narraciones, textos literarios y anotaciones

Sin título

Por |2007-02-07T13:40:40-05:00octubre 3rd, 2005|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

En un sueño del pasado encontré la primavera marchita y desprendida de poemas reservados a un sueño más que olvidado Me cuesta tanto olvidar que lloro aún en mis noches cuando no me puede ver la luna las quimeras separadas de razones y de olvido de paredes blancas de silencio de felicidades ajenas y el orgullo que no me deja escapar de todos los ladrillos de este muro Este muro de silencio

Criaturas de la Noche

Por |2007-02-07T13:43:02-05:00octubre 2nd, 2005|Dyss Mítica, Todas las cosas jamás soñadas|

Maede dormía en silencio, recostada en un diván de hierro forjado, tapizado de almohadas de terciopelo. Al recostarse en él, el hierro había dejado entrever su esencia de ramas y hojas, con el que estaba tejido todo el lugar. Y una miríada de flores la rodeaban. En su sueño, las flores se agitaban al compás de su respiración. Faltaba poco para el alba. Contemplaba las estrellas a través de la bóveda descubierta.

La Huída

Por |2007-09-18T14:23:40-04:00septiembre 30th, 2005|Dyss Mítica, Todas las cosas jamás soñadas|

Niñoroto, volaba por el bosque. Sus pezuñas dejaban rastros pares en la tierra húmeda cubierta de hojas resecas y podridas. Huellas distantes en su alocada carrera por la vida. De sus hollares goteaba la saliva caliente, y un vaho desesperado se mezclaba con las claras nubecillas de vapor del suelo y las hondonadas. El astil de una flecha corta le sobresalía de su cuarto trasero, bañando de púrpura su costado. Dejando tras

Maede

Por |2007-02-07T13:46:51-05:00septiembre 25th, 2005|Dyss Mítica, Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Sentado en la mesa, jugueteaba con la servilleta de papel, transformándola en decenas de animales diferentes. No duraban mucho, las servilletas, son como nosotros, frágiles, y vulnerables a los caprichos. -Vulnerables... - Qué barullo - pensé... - Aquí estoy yo, buscando mi brillo. - Sentado en la mesa, parezco un ser huidizo... - ¿es que acaso estoy esperando algo? Pasó el tiempo de llenar mis libretas con pensamientos. Pasó. Ahora, que tengan

Todas las fiestas del mañana

Por |2007-02-07T13:51:04-05:00septiembre 21st, 2005|Dyss Mítica, Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Levanté la tapa de metal, no tenía ni medio codo por otro tanto. En su interior, el fango, se revolvía. Un lodo con vida propia, blanquecino y pestilente. Lo sabía, en algún otro lugar lo sabía, otra vez... Introduje la mano en el légamo viscoso. Más y más, hasta más allá del codo, el antebrazo se sumergió también, un sudor frio recorrió mi espalda. Gusanos blancos y diminutos habitaban el lodo, estaban

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