Todas las cosas jamás soñadas

Narraciones, textos literarios y anotaciones

El son de tus alas (I)

Por |2012-04-22T18:57:44-04:00abril 22nd, 2012|Dyss Mítica, Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

            A Erynn la conocí, como no podía ser de otra manera, tras el comienzo de la primavera; a mediados de la primera estrofa, durante el mes de Kaleth “el grande”. Aquella nueva estación prometía ser un año repleto de ilusiones por todas las cosas nuevas, y de buenos recuerdos por tantas otras cosas que ya quedaban atrás. Fue esa una primavera anunciada de forma prematura por las aves de toda la

Las tierras de Dyss (canción de amor)

Por |2012-04-12T23:28:13-04:00abril 16th, 2012|Dyss Mítica, Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Canción de amor (Versión íntegra revisada) De ti tan solo me quedé con los pedazos. Trocitos menudos que guardé en una caja de recuerdos. El prisionero en el roble se encerró en sus telarañas de oro, un invierno donde una vez más guardé todos mis tesoros, bordados de lilas oscuros, dorados meticulosos y cadenas, que no adornaron más que las esquinas olvidadas del fondo de este arcón. Donde ya no había ni

Tiempo roto (revisión)

Por |2012-02-18T21:04:44-05:00febrero 22nd, 2012|Dyss Mítica, Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

(Canción fúnebre de La Tierra de los Mil Pájaros) Por Edanna   Un tiempo roto se tropezó en lo alto Niebla de olvido y pérdida lo envolvían Dile a la roca sin sombra Que me excluya de su viaje a través del tiempo Dulces palabras llenan los jardines, y en los cántaros resplandece Un agua que enciende todos los fuegos del mundo Una llama consumió los pastos de aquel mi viento gélido

En el inicio…

Por |2012-02-14T10:55:02-05:00febrero 14th, 2012|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Niñoroto…, pensé largo tiempo, mirando el espacio ya vacío. Y recordando al viejo y mítico ciervo del asta rota. La vieja leyenda del ciervo que te guía a una senda oculta, e inicia una leyenda, siempre pagándolo con el precio de su propia muerte. Y fue cierto, que de aquel parto de pájaros de otoño, en el año segundo del hielo en los árboles, nació la tierra que ya conocíamos. Que una

La espiga

Por |2011-05-20T01:10:58-04:00mayo 19th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Los días quince, dieciséis y diecisiete llovió sin parar. Cuando la gente volvió a salir de sus casas un cielo azul asomó más allá de las montañas desde dondequiera que hubiese estado escondido, tras unos días de meditación que no le vinieron mal a unos cuantos, y que pusieron en orden las relaciones conyugales de no precisamente otros pocos; pero menos que los que, más que ordenarlas, las extraviaron. Pero lo más

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