amor

Interestatal 327

Por |2011-05-15T11:58:35-04:00mayo 15th, 2011|Libro de horas|

Hay un cruce, a treinta kilómetros. Hacia un lado, el este; hacia el otro, el oeste. Bordeado de abetos y renacido el manto de esmeralda, desapareció la nieve de este año y vuelven a brotar los nenúfares en todos los estanques hasta el horizonte, allí donde el frío habita durante todo el año. Una vez quise caminar hasta allí y dejarme llevar...   Intimidad... en muchos lugares y como se comenta en

Los pájaros de Sherbrooke

Por |2011-03-19T20:54:08-04:00marzo 19th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Poco después de dejar Victoria Avenue, entrando en Sherbrooke hacia el oeste, hay un callejón atestado de contenedores de basura con un techo tejido a base de cables telefónicos; una enredada maraña bordada sobre otro camino espolvoreado de soledades. La otra noche apareció un hombre arropado sobre su túnica de escarcha. Las luces que huían de la calle principal se reflejaban todavía sobre el rostro revestido sólo de hielo y una mirada

Secretos de la calle

Por |2011-02-24T22:48:11-05:00febrero 24th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Esta mañana, al alba, mientras la última luna de febrero aún centelleaba en el firmamento, vi las farolas de la calle Somers curvar sus esbeltos y largos cuellos para alcanzar así los charcos y beber en silencio. Las contemplé desde mi escondrijo, tan elegantes, tan discretas. Se mecen como espigas al sol, como altas jirafas, como tallos que pliegan al arrullo del largo invierno, emitiendo un leve murmullo que se extiende a

Carreteras secundarias

Por |2011-02-22T17:17:40-05:00febrero 21st, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

Recuerdo las clases de piano de mamá llenando de notas todos los momentos de la casa grande, en las tardes soleadas. Y del mismo modo, como la Rachel que conociste en aquella gran película, tampoco olvido los cientos y cientos de pequeñas arañas que, tras nacer de los huevos que su madre había puesto, poco después la devorarían en la misma ventana del sótano. La que da al huerto de los tulipanes.

Nulda Nyarna

Por |2011-02-23T00:44:50-05:00febrero 20th, 2011|Dyss Mítica, Libro de horas, Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Y quién verá ahora las olas bramar, sobre la mar centelleante... Ese será nuestro cuento secreto. Nuestro cuento secreto... Nuestro "Nulda Nyarna..."   ¿Quién verá tus alas brillar? ¿Quién vigilará el mar que se levanta? ¿Quién verá el cielo curvar sobre colinas desmoronantes? Una estrella brilla en la hora de nuestro encuentro.   Man Kenuva rámar sisílaba? Man tiruva ear falastala? Man kenuva manel akúna ruksal' ambonnar Elen síla lúmenn' Omentielvo

Extractos de septiembre

Por |2011-02-01T17:13:25-05:00enero 31st, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

A las seis cuarenta y cinco de la tarde, puntualmente, Johannes apoya con cuidado la bicicleta sobre la hiedra que recubre la vieja casa en la calle de los Jacintos, donde vive la Sra. Rosa. A pesar de las habladurías, pues la Sra. Rosa es viuda reciente, se entregan a su amor; que es lo único que importa. Entre suspiros, ella le susurra en más de una ocasión: "No te apartes jamás

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