prosa

Mundo silencioso

Por |2012-02-20T12:19:05-05:00febrero 19th, 2012|Dyss Mítica, Regiones míticas|

Dyss, ¿por qué pareces siempre tan triste, tan melancólica?, con frecuencia aparentas ser tan silenciosa... A menudo me pregunto el porqué de esos vientos que siempre se llevan tu voz..., bajo su propio aullido, resonando entre enormes granitos silenciosos, tan antiguos, recubiertos de líquenes; y este frío... Aullante frío de las regiones cambiantes, que consume, que desgasta, siempre manteniendo su propio silencio. ¿Por qué siempre este frio...? Dyss es una tierra melancólica.

La tierra que lleva tu nombre

Por |2011-04-21T16:37:27-04:00abril 20th, 2011|Libro de horas, Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Antaño comencé a recorrer la tierra que se ve a sí misma como aquel lugar que sin un nombre, es capaz de designarse cada tarde con mil acertijos diferentes. Es una tierra que se pone a sí misma sus nombres según su propio capricho. Lugares remotos que van y que vienen, emergiendo, desvaneciéndose. Si miras los mapas, cada cierto tiempo alcanzarás a apreciar que, de forma súbita, los calificativos de ríos, mares,

Los pájaros de Sherbrooke

Por |2011-03-19T20:54:08-04:00marzo 19th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Poco después de dejar Victoria Avenue, entrando en Sherbrooke hacia el oeste, hay un callejón atestado de contenedores de basura con un techo tejido a base de cables telefónicos; una enredada maraña bordada sobre otro camino espolvoreado de soledades. La otra noche apareció un hombre arropado sobre su túnica de escarcha. Las luces que huían de la calle principal se reflejaban todavía sobre el rostro revestido sólo de hielo y una mirada

El viento entre los árboles

Por |2011-03-15T19:27:08-04:00marzo 15th, 2011|Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Hay un siseo entre tú y yo, con un firmamento allá abajo, esperando. Cuando extiendes los brazos lo puedo abrazar, en un esfuerzo que no es inútil, si sabes a qué me refiero. Es frío, es acogedor, es el viento entre los árboles. Y es la noche que me reflejan tus ojos. Me dejo acunar, dulce, amargo y tan... benévolo..., que aquí deseo vivir hasta el fin de los días. Pues te

Secretos de la calle

Por |2011-02-24T22:48:11-05:00febrero 24th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Esta mañana, al alba, mientras la última luna de febrero aún centelleaba en el firmamento, vi las farolas de la calle Somers curvar sus esbeltos y largos cuellos para alcanzar así los charcos y beber en silencio. Las contemplé desde mi escondrijo, tan elegantes, tan discretas. Se mecen como espigas al sol, como altas jirafas, como tallos que pliegan al arrullo del largo invierno, emitiendo un leve murmullo que se extiende a

Extracto de un verano

Por |2011-02-14T12:54:44-05:00febrero 14th, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

A la luz del ventanal del ala oeste pasan las tardes Sarah y Kebetta, preparando meriendas para sus mejores amigos de trapo. Sarah, rubia y pecosa; Kebetta, morena y delicada, con una gran mancha oscura en su falda listada de bandas azuladas. Ahora juegan más tranquilas ya que Sarah no se enfada tanto con Kebetta, e incluso ¡es más divertido! Pues cuando Sarah alarga su mano para tocar a Kebetta, ésta sólo

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