A tu memoria…
Al caballero caído Bajé por la empinada cuesta ensimismada en la cálida brisa de una juguetona brizna de viento. El lugar, me atraía. Era ese lugar viejo y antiguo en donde, si te quedas calladita y encogida, casi sin notar tu propia respiración, puedes llegar a escuchar susurrar a las rocas. De todos aquellos lugares remotos, era aquel el que más recuerdos me traía de lejanos días, cuando la luz se bañaba