Extraído de Wikipedia: Antoine de Saint-Exupéry – Wikipedia, la enciclopedia libre
El 31 de julio de 1944, durante una misión de reconocimiento destinada a preparar el desembarco en Provenza, en el sur de Francia, Saint-Exupéry a bordo del avión Lightning P38, había partido pocas horas antes de Borgo, en la isla de Córcega, cuando los radares dejaron de ver el avión que pilotaba y nunca más se supo de él, cubriendo para siempre al escritor y piloto de un halo de misterio y romanticismo.
Nunca se tuvo indicios del aviador ni de su nave hasta 1998, cuando un pescador encontró una pulsera a orillas del mar. La joya que el agua había acercado a la costa Marsella tenía grabado el nombre del escritor, pero su autenticidad quedó en entredicho.
El descubrimiento de la joya ayudó a las autoridades francesas a iniciar una búsqueda en el sector. Cinco años después, en el casi 60 años del aniversario de su desaparición, fueron descubiertos en aguas de Marsella restos del avión, cerca al lugar donde años atrás había sido descubierto la pulsera.
Las piezas recuperadas fueron decapadas, limpiadas. Sobre un panel de la caja del turbo-compresor, localizada en la viga izquierda del avión, los investigadores descubrieron, según su informe, «una serie de cuatro cifras aisladas y grabadas manualmente»: 2734, seguidas por la letra «L», que significa «left». Se trata, según el informe, «del número de fabricación que el constructor de aviones Lockheed inscribía en sus aviones al lanzar su fabricación en una cadena de montaje». Este número civil correspondía, en la tabla de concordancia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, a la matrícula militar 42-68223, o sea la del avión de Saint-Exupéry.
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Pese al hallazgo, las razones por las que el avión de Saint-Exupéry se estrelló son un misterio. Hasta el momento no ha sido posible asegurar si lo derribaron o él perdió el control del avión, incluso si sufrió un percance mecánico. Entre las causas más posibles se mencionan fallas mecánicas, problemas de oxígeno a bordo o un ataque cardíaco del escritor.
En el 60º aniversario de la muerte de Saint-Exupéry, se realizaron dos ceremonias conmemorativas en Marsella y en el aeropuerto de Bastia en Córcega, cercano al lugar donde ocurrió la muerte y el último despegue del aviador respectivamente; se colocaron flores y se celebró una misa a la que asistió un familiar del aviador.
El legado que dejó Exupèry es inmenso….el Principito ha quedado, y en él está su autor. Es un libro único que se renueva cada vez que se lee. Si toda la humanidad lo leyese, lo interiorizase, el mundo sería mucho mejor. Estoy segura de eso. Es esencial, divino. Gracias Antonie!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE PENA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!