María Dubón escribe en su blog un pensamiento compartido:
Dios prohíbe a la primera pareja probar el fruto del árbol del conocimiento. Es evidente que nos hallamos en el campo de la metáfora. Hacen falta los padres de la Iglesia para sexualizar la historia, ya que el texto es bien claro: comer de este fruto hace abrir los ojos y permite distinguir el bien del mal; por tanto, permite ser semejante a Dios. Un versículo habla de un árbol “deseable para adquirir la inteligencia” (III, 6). Hacer caso omiso del dictado de Dios es preferir el saber a la obediencia, querer conocer en lugar de someterse. Dicho de otra manera, optar por la filosofía contra la religión.
¿Qué significa esta prohibición de la inteligencia? En este jardín magnífico se puede hacer cualquier cosa menos volverse inteligente (árbol del conocimiento) ni inmortal (árbol de la vida). Así pues, qué destino reserva Dios a los hombres: ¿la imbecilidad y la mortalidad? Hay que imaginar un Dios perverso para hacer un regalo semejante a sus criaturas. Entonces, damos las gracias a Eva por haber optado por la inteligencia pagando el precio de la muerte cuando Adán aún no había entendido lo que estaba en juego para continuar en aquel mundo paradisíaco: la eterna felicidad de imbécil feliz.
¿Qué descubren estos dos desgraciados una vez Eva ha mordido el fruto sublime? La realidad. La realidad y más: la desnudez, su parte natural, pero también, a partir de la reciente adquisición del saber, su parte cultural, como mínimo sus potencialidades por medio de la confección de un taparrabos hecho con hojas de higuera (y no de parra). Y todavía más: la dureza de la vida diaria, el trágico destino que nos aguarda a todos, la brutalidad de la diferencia sexual, el abismo que separa al hombre de la mujer, la imposibilidad de evitar el trabajo penoso, la maternidad dolorosa y el imperio de la muerte. Una vez emancipados, y para evitar el añadido de la trasgresión que permite acceder a la vida eterna (porque el árbol de la vida se encuentra junto al del conocimiento), el Dios uno, verdaderamente bueno, dulce, amoroso, generoso, expulsa a Adán y Eva del paraíso. Y así hasta hoy.
Lección numero uno: si se rechaza la ilusión de la fe, el consuelo de Dios y las fábulas de la religión, si se prefiere saber y optar por el conocimiento y la inteligencia, entonces la realidad se nos aparece tal como es: trágica. Pero vale más una verdad que desespera enseguida y permite no perder por completo la vida colocándola bajo el signo de la muerte que no una historia que, de momento, consuela, es cierto, pero que ignora el único bien verdadero que tenemos: la vida aquí y ahora.
Fuente: Ataraxia
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NdE: Y esta verdad trágica es la que con horror contemplamos, haciendo que nuestra psique clame a gritos por una solución al drama. Aceptemos la tragedia, vivamos esa verdad, aceptándola, para ser conscientes de que día tras día, ciclo tras ciclo, al final solo estarás tú. Lo que eres es lo único que importa. La mitología nos ha servido para explicar una y otra vez todo el drama de esta verdad que sospechamos. Reinventando dioses, una y otra vez. Creando mitos que nos ayuden a sobrellevar la realidad. El último dios más conocido como: la droga, que aunque se trata de un dios viejo, ha renacido con nuevas fuerzas para asentarse sobre nosotros.
Para aliviarlo, unos creen que la solución es darle rienda suelta al placer de los sentidos todos los días que podamos respirar sobre la tierra. Personalmente pienso que tampoco es la solución a esta tragicomedia. Pues si tomamos consciencia de nosotros mismos, nos damos cuenta que solo una evolución interior es la pista para albergar un plan de vida. Si no, continuaremos perdidos. Como se perdieron todos los dioses que hemos inventado, y todos los hombres que han existido en todas las épocas. Encontrándose solos y vacíos.
Aceptar la inteligencia es una opción. Aceptar el conocimiento, también. Siempre tendremos la libertad de elegir. Si caes en la cuenta de que, el que tienes a tu lado te necesita y él a ti. Ambos, con el conocimiento en una mano, y la inteligencia en la otra, pueden vencer a todos los demonios, todas las criaturas, y todos los infiernos que la mente humana pueda concebir jamás. Para salir victoriosos, y ser cada uno, el héroe de su propia historia, escribiendo cada uno su epopeya heróica, que será recordada por los que estuvieron alrededor y los más importante, siendo consciente tú mismo de ella, mientras existas.
Bellisimo e inteligente texto. Digno de releerse. Gracias.
Lilu Deluca
Ta mu wien, pero te has saltado esa parte en la ke para ke eso okurra un@ tiene ke kerer ke okurra.
Metafórikamente hablando es muy dificil devolverle la vista a un ciego entre otras kosas porke piensa ke es imposible, no kree ke pueda pasar, y eso va en su kontra.
Kreo ke es un problema de edukación, nos enseñan a luchar pero no nos dicen kontra ké.
Feliz no kumpleaños.
Dios, no puedo creer este texto, Tere. Tan sólo leer esta frase:
«Kreo ke es un problema de edukación, nos enseñan a luchar pero no nos dicen kontra ké».
Están asesinando nuestra lengua.
«Ta mu wien» ?????
Cito a Hugo: en el blog The Hugo Effect:
» por el Amor de Dios, no cometas faltas de ortografía. No apuñales la lengua .
No hace falta que seas un poeta. Basta con que omitas las K y las W de tu expresión gráfica. Y pon tildes!
Si no, aprende checo y búscate una checa que te quiera como eres, con tus K y tus W. Follaréis como leones y tendréis cachorritos con nombres tipo Dudek y Klaniwa.»