ArtFutura 2005 .
Desde hace quince años, el holandés Theo Jansen se ha dedicado en cuerpo y alma a crear una nueva forma de vida. Sus “Straandbest” (bestias de la playa) parecen tan orgánicas que desde lejos se confundirían con inmensos insectos o esqueletos de mamuts prehistóricos, pero están hechas a partir de materiales de la era industrial: tubos de plástico flexible, cinta adhesiva. Nacen dentro de un ordenador en forma de algoritmo, pero no requieren motores, sensores o ninguna clase de tecnología avanzada para cobrar vida. Se mueven gracias a la fuerza del viento y a la arena mojada que encuentran en su hábitat de la costa holandesa.
Desde su laboratorio de Ypenburg, Jansen estudia la historia de la evolución biológica para dotar a sus nuevas generaciones de criaturas de capacidades cada vez mayores. Su sueño es que algún día aprendan a evolucionar sin su intervención y continuen sus vidas como cualquier otro organismo, sometidas a los ciclos de la naturaleza.
Todos los que observan por primera vez la belleza de una de las criaturas de Theo Jansen desplazándose sobre la arena entienden de inmediato que el trabajo de este ingeniero, científico y artista es algo especial. Sin embargo, durante más de una década ha permanecido en la oscuridad y sólo recientemente ha sido descubierto por la comunidad artística internacional. En la pasada década deslumbrada por la revolución digital, su obra podía parecer rudimentaria, sobre todo en comparación con la sofisticada producción que estaban realizando sus coetáneos en el campo del arte robótico. Hoy, en la era en que la convivencia entre la técnica y la naturaleza en pos de la sostenibilidad es una prioridad urgente, sus estrategías de diseño resultan más relevantes que nunca.
Las criaturas de Jansen comienzan su gestación como una simulación dentro de un ordenador, en forma de organismos de vida artificial que compiten entre si por ser el más veloz. Jansen estudia las criaturas vencedoras y las reconstruye tridimensionalmente con tubos flexibles y ligeros, hilos de nylon y cinta adhesiva. Aquellas que se desplazan más eficazmente donarán su “ADN” (la longitud y disposición de los tubos que forman sus partes móviles) a las siguientes generaciones de Staandbest. A través de este proceso de hibridación y evolución darwiniana, las criaturas se vuelven cada vez más capaces de habitar su entorno, y pueden incluso tomar decisiones para asegurar su supervivencia; el “Animaris Sabulosa”, por ejemplo, hunde su nariz en la arena para anclarse si detecta que el viento es demasiado fuerte para permanecer en pie.
Jansen trabaja ya en la séptima generación de criaturas de la playa. Sus últimas piezas pueden incluso transportar pasajeros en su interior -el “Animaris Rhizozeros”, un gigante de dos toneladas de peso que puede ser movido por sólo una persona- y llegar hasta donde no haya viento ni arena, gracias a un ingenioso sistema de impulsión basado en aire comprimido almacenado en botellas de refrescos.
En el futuro, el artista holandés prevee que sus creaciones se volverán cada vez más sofisticadas anatómicamente: desarrollarán músculos, un sistema nervioso, y algún tipo de cerebro que les permita tomar decisiones complejas. Y un día, anhela, las criaturas de la playa no le necesitarán para seguir evolucionando. Manadas completas en las playas competirán por ser las más veloces y estables, y transmitirán de manera autónoma su ADN a las siguientes generaciones, integradas ya por completo en su ecosistema.
Tras abandonar sus estudios de física, Theo Jansen empezó su carrera artística en los 70 como pintor. Posteriormente se comenzó a interesar por áreas como la aeronáutica y la robótica. Su “UFO” (OVNI), una aeronave con forma de platillo volante con la que aterrorizaba a los habitantes de la ciudad holandesa de Delft, y su “máquina de pintar”, un robot que traza graffitis sobre una pared, mostraron su habilidad para aplicar sus conocimientos de ingeniería a diferentes proyectos artísticos. A comienzos de los 80, Jansen comenzó a crear programas de simulación algorítimica de vida artificial. Su interés por diseñar organismos vivos y autónomos a través de software le lleva a iniciar su serie de esculturas cinéticas “Straandbest”, el proyecto que le ha hecho conocido internacionalmente. Entre otros galardones, Jansen ha recibido el premio especial del jurado en Ars Electronica 2005.
Es alucinante lo que ha hecho este hombre pero no entiendo muy bien cuál es la finalidad.La verdad es que no lo tengo nada claro! jeje Quizá es que soy demasiado práctica con las cosas,y en este caso no lo veo ¿es necesario crear este tipo de criaturas?. Me encantaría debatir este tema.Saludos
No es cuestión de finalidad. La obra de Theo Jansen son esculturas en movimiento. Las construye y ellas ruedan por el viento como si estuviesen dotadas de vida propia. Al ser compuestas de células independientes, el concepto clave o uno de ellos es coger los elementos estructurales que funcionan y adaptarlos a otras creaciones. De esta manera el autor hace evolucionar sus figuras, y su obra.
Su «finalidad» entre otras, es que son hermosas. Por supuesto el que el artista crea en ellas, no te obliga a tí a que te gusten.
Tienen una hermosa aura de «inquietud» a la vez que una elegancia fuera de toda duda. Para mí son bellas, esculturas independientes que dejan llevar por la brisa. Se asemejan a las esculturas móviles que tanto abundan en las islas canarias, pero con un toque muy especial, bajo mi punto de vista claro está.
El concepto de «vida propia» es una concepción abstracta, te pueden hacer sentir que tienen vida propia o creerlo si te basas en que la vida es una evolución. Como siempre el arte pretende comunicar sentimientos, ideas y conceptos. Estos conceptos, varían en cada uno de nosotros de acuerdo con nuestras vivencias y el nivel de abstracción del que seamos capaces o queramos otorgarle.
Tienes razón, el arte es muy subjetivo y lo que a unos les pasa inadvertidos a otros los emociona, no por nada establecido, simplemente es así,y ahí reside lo mágico de este mundillo, el saber trasmitir y saber recibir, las dos partes juegan un papel muy importante.Aunque también creo que se puede educar, si das las herramientas adecuadas puedes hacer que la otra otra persona lo vea de otro modo, o por lo menos se lo plantee más y luego llegue a su propia conclusión. Eso me ha pasado, con tu explicación no tan «técnica» sino más bien «poética», me has transmitido el sentido,porque sí que creo que todo, siempre tiene que tener un sentido, una razón de ser.Gracias.