El tiempo en Dyss no mantiene un flujo constante. A veces se ondula, se contrae, se expande y puede que a veces hasta juegue a la comba.
Los juegos del tiempo obedecen a su propio libre albedrío y muchos piensan, me incluyo entre ellos, que es la mismísima Dyss quien lo controla, de la misma manera que un pastorcillo juega con una ramita que rumie en su boca.
Pero eso no significa que no sea posible mantener un cómputo del tiempo, que no se pueda anotar el ciclo de los sucesos en el ordenamiento de las cosas, o que no se pueda dejar constancia de los hechos del mundo.
Cada año-estación, que algunos se empeñan en llamar, Canción, describe una sinfonía que empieza con sus trece meses adoptando la forma que esa estación lleve consigo. Un mismo mes puede ser ahora de primavera, y al año siguiente, de verano. Algo que ya expliqué en el capítulo anterior y que si repito una y otra vez es tan sólo por aclarar conceptos y forzar su aprendizaje de forma exhaustiva.
Por ello, al terminar una rotación de cuatro estaciones, cada una de un año, se completa un ciclo, unidad para definir un momento que empieza y uno que acaba, tal y como pasa con la mañana, la noche y el paso de los días. Los ciclos, como dije, forman las crónicas o hechos del tiempo, por lo que al completarse un ciclo se constituye una nueva crónica. Las crónicas se suceden, aparentemente, una tras otra y así el tiempo parece fluir hacia adelante.
Hay muchos detalles que decir sobre esto. Por ejemplo, que cada crónica tiene un nexo de unión con las demás a lo largo de las edades del tiempo, lo que permite intercambiarlas e interconectarlas. Cada crónica se asemeja a una uva en un racimo, unida a las demás por un tronco común que se bifurca, y no como una línea sucesiva de bolas, o uvas siguiendo con el mismo símil, puestas en fila.
Así pues la apariencia de ese tiempo fluyendo hacia delante no es más que una apreciación algo elemental desde el punto de vista de las criaturas del mundo. Si desde donde estás ahora cuentas las patas que tiene el cerdo que hay en el corral verás que no son las mismas que parece tener si te mueves un poco, desde otro punto de vista. Así es la apreciación que tienen los seres de este mundo, limitada y constreñida por la realidad que creen percibir.
Pero eso son detalles que dejaré para más adelante pues, en realidad lo que importa es que en la vida cotidiana tal apreciación basta, resultando esto lo que realmente importa.
Las crónicas se suceden entonces, describiendo el paso del tiempo y los hechos que suceden durante todos sus momentos, tal y como un mapa describe lugares y regiones remotas que explorar. Y es este un buen ejemplo pues es en Dyss donde si dispones del mapa adecuado y sobre todo, conoces las sendas, podrás viajar de aquí para allá en el tiempo, igual que lo hace el viajero a través de los caminos o cruzando mares lejanos.
Algunas de las maravillas de este mundo que te enseño ahora hacen ya eso mismo, abriendo rutas que llevan a costas extrañas de otros momentos, en otros lugares, en crónicas que no necesariamente están justo delante o detrás. Estas “encrucijadas” son los caminos del tiempo, tal y como los senderos comunes marcan las rutas a través del mapa de una región.
Pero navegar entre las crónicas no es nada fácil y son conceptos difíciles de asimilar. Sólo espero que recuerdes el ejemplo del racimo de uvas, donde cada una de ellas es una crónica unida junto a las demás a un nexo que las mantiene unidas, formando temas únicos, conjuntos de crónicas sobre hechos concretos, sucesos relacionados…, temas específicos.
El concepto «tema» es un término algo vago y poco usual, sólo empleado por los eruditos, para referirse a un conjunto de crónicas que de alguna forma se encuentran relacionas por los hechos que durante su transcurso acaecieron en algún lugar. Sin constituir un Himno, más enfocado éste a describir sucesos que cambiaron de alguna manera el orden del mundo y que explicaré más adelante, los Temas describen hechos de interés o lo bastante significativos para haber sido tenidos en cuenta.
Hay quien dice que los temas deberían referirse a los meses o a las estaciones, pues ya que a una estación algunos la denominan “Canción”, sería entonces lo lógico. Pero el término se refiere a las diferentes partes de un enorme lapso de tiempo, describiendo algunos de sus detalles más importantes. Así que mejor dejarlo estar que ya de por sí resulta bastante complicado.
Todos juntos forman parte del gran árbol del tiempo. El tiempo es ese gran árbol, y no una cuerda que seguir en una dirección única con los ojos vendados.
Y el tiempo siempre ha sido un asunto delicado…, y complejo.
Así pues, si agrupamos todas esas crónicas formando racimos, en la práctica, percibimos lo mismo que una gran sucesión lineal de hechos significativos, similar a la de otros lugares más “comunes”, donde el tiempo parece fluir de forma natural hacia delante. Esto es la consecución clásica y aparentemente lógica del transcurrir de las edades, formando siglos, milenios y constituyendo así los eones del tiempo.
A estas formaciones o grupos de hechos significativos a lo largo de un enorme lapso de tiempo los conocemos en Dyss como, HIMNOS, y narran detalles de la historia de gran trascendencia que significaron un hito que marcó, de alguna forma, una gran diferencia. A muchos les gusta denominar a este mismo concepto como, “edades”, y a muchos otros como, “eras”. Pero recurrir a estos términos en Dyss es caer en denominaciones inexactas.
En Dyss, como he explicado, los conjuntos de sucesos que marcaron una época, y que determinaron de alguna forma un antes y un después, están escritos mediante sus crónicas. Y si esa forma de entender el paso del tiempo forma los racimos de los que he hablado, no hay una exacta sucesión en una sola dirección de tipo lineal. Por tanto, a cada conjunto se lo nombra de forma independiente sin recurrir a un flujo temporal continuo en una dirección, pues puede que en algún momento esos hechos narrados en lo que otros gustan de llamar eras, se intercambien.
Sí, se intercambien. Ya sé que es algo complejo de entender, por eso mi reiteración en cuanto al ejemplo de los racimos; y también a mi reiteración en muchas cosas…
Por consiguiente, y siguiendo con mi explicación anterior, en Dyss denominaremos a los conjuntos de sucesos que determinaron una época como: Himnos. Tales himnos agrupan un número bastante elevado de crónicas.
Existen hasta el momento veintidós Himnos que describen los hechos transcurridos desde el despertar de la consciencia. Veintidós Himnos que forman la sinfonía del tiempo y que emergen desde el principio de éste en un calendario regresivo que parece integrar un mar inagotable de tiempo imperecedero. Veintidós himnos que, por cierto, parecen corresponderse con las veintidós constelaciones entre las mayores y las menores.
Recuerda pues, el tiempo es un gran árbol…
Y como he mencionado en otra ocasión, si el calendario es regresivo, éste va descontando ciclos en negativo, a través de las crónicas que van desgranando a su vez las estaciones, sucesivamente, hacia el año cero. El tiempo, dirigiéndose hacia el año cero del calendario se espera así mismo en ese punto, aguardando su momento; el momento del tiempo de ser al fin su propio protagonista.
Algo que una vez más te contaré en otro capítulo y en otro momento del tiempo a partir de, ahora…
Información Bitacoras.com…
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