I. Joseph Campbell, fue orador, historiador de las religiones, filósofo, famoso sobre todo por sus estudios de las religiones y de mitología comparada (Nueva York, 24.3.1904 – Hawaii, 31.10.1987).
Campbell descubrió, haciendo un detallado estudio histórico de varias mitologías y religiones en el mundo, que existen temas comunes en todas. Sus intuiciones fueron en gran parte inspiradas por el famoso psiquiatra C.G. Jung, quien creía que existen arquetipos en el subconsciente colectivo.
Los arquetipos constituyen una especie de memoria biológica común a todos los seres humanos. Los estudios de Campbell resaltaron la importancia de la figura del héroe en todas las culturas humanas de todos los tiempos. También se hizo la hipótesis que el héroe pasa a través de ciclos, el camino del héroe, muy similares en todas las culturas (separación – retiro, entendimiento, vuelta a la sociedad y transformación de ésta). Estos ciclos fueron asimismo asimilados a aquellos de los chamanes y de los esquizofrénicos.
La línea general de sus obras más conocidas (El héroe de las mil caras, Las máscaras de Dios) consiste en señalar las significativas coincidencias observadas entre el simbolismo de los sueños y ciertos elementos característicos de los mitos. El autor efectúa una exposición ordenada de dichos elementos, que ilustra mediante profusas referencias a las mitologías de los grupos culturales más diversos. La partida, la iniciación, la apoteosis y el regreso son componentes esenciales de la aventura del héroe y se identifican una y otra vez en leyendas, tradiciones y rituales de todos los pueblos del mundo: en los mitos polinesios o griegos, en las leyendas africanas, en las tradiciones de los aborígenes norteamericanos, en los cuentos de hadas y aun en ciertos símbolos de las grandes religiones actuales.
Campbell indica la posibilidad de que estos sistemas simbólicos representen creaciones naturales de la mente humana -de ahí su difusión- y señala que la situación perturbada de la sociedad occidental en los últimos tiempos bien pudiera deberse al descrédito progresivo en que han caído las mitologías y a la racionalización sufrida por ellas, con lo cual las imágenes simbólicas se refugian en su lugar de origen –el inconsciente– y el individuo aislado ha de enfrentarse a los dilemas que en un tiempo resolvían satisfactoriamente los sistemas mitológicos colectivos.
La obra de Campbell inspira muchos de los grandes mitos del mundo contemporáneo, de manera especial aquellos creados por el cine: muchas películas de la Disney (El Rey León), La Guerra de las Galaxias (Star Wars) tienen relación directa con Campbell; en otras obras, también antecedentes, se reflejan sus descubrimientos: El señor de los anillos, Braveheart, Superman, Batman, Matrix.
Los doce estadios del viaje del héroe
- Mundo ordinario – El mundo normal del héroe antes de que la historia comience.
- 1. El llamado de la aventura – Al héroe se le presenta un problema, desafío o aventura.
- 2. Reticencia del héroe o rechazo del llamado – El héroe rechaza el desafío o aventura, generalmente porque tiene miedo.
- 3. Encuentro con el mentor o ayuda sobrenatural – El héroe encuentra un mentor que lo hace aceptar el llamado y lo informa y entrena para su aventura.
- 4. Cruce del primer umbral – El héroe abandona el mundo ordinario para entrar en el mundo especial o mágico.
- 5. Pruebas, aliados y enemigos o La panza de la ballena – El héroe enfrenta pruebas, encuentra aliados y confronta enemigos, de forma que aprende las reglas del mundo especial.
- 6. Acercamiento – El héroe tiene éxitos durante las pruebas
- 7. Prueba difícil o traumática – La crisis más grande de la aventura, de vida o muerte.
- 8. Recompensa – El héroe ha enfrentado a la muerte, se sobrepone a su miedo y ahora gana una recompensa.
- 9. El camino de vuelta – El héroe debe volver al mundo ordinario.
- 10. Resurrección del héroe – Otra prueba donde el héroe enfrenta la muerte, y debe usar todo lo aprendido.
- 11. Regreso con el elíxir – El héroe regresa a casa con el «elíxir«, y lo usa para ayudar a todos en el mundo ordinario.
II. Las funciones de Propp
Vladimir Jakovlevich Propp (en ruso: Владимир Яковлевич Пропп – San Petersburgo; 29 de abril de 1895 – Leningrado; 22 de agosto de 1970) fue un erudito ruso dedicado al análisis de los componentes básicos de los cuentos populares rusos para identificar sus elementos narrativos irreducibles más simples.
Su Morfología del cuento (Morfologia skasky) fue publicada en ruso en 1928; aunque influyó a Claude Lévi-Strauss y Roland Barthes, fue prácticamente ignorada en el occidente hasta que fue traducida al inglés en los años 50.
Analizó los cuentos populares hasta que encontró una serie de puntos recurrentes que creaban una estructura constante en todas estas narraciones. Es lo que se conoce como «las funciones de Propp».
Son una serie de 31 puntos recurrentes en todos los cuentos de hadas populares. Aunque no todos ellos aparecen en todos los cuentos, su función básica a menudo permanece y el orden es prácticamente siempre el mismo.
A saber:
- 01) Alejamiento. Uno de los miembros de la familia se aleja.
- 02) Prohibición. Recae una prohibición sobre el héroe.
- 03) Trasgresión. La prohibición es transgredida.
- 04) Conocimiento. El antagonista entra en contacto con el héroe.
- 05) Información. El antagonista recibe información sobre la víctima.
- 06) Engaño. El antagonista engaña al héroe para apoderarse de él o de sus bienes.
- 07) Complicidad. La víctima es engañada y ayuda así a su agresor a su pesar.
- 08) Fechoría. El antagonista causa algún perjuicio a uno de los miembros de la familia.
- 09) Mediación. La fechoría es hecha pública, se le formula al héroe una petición u orden, se le permite o se le obliga a marchar.
- 10) Aceptación. El héroe decide partir.
- 11) Partida. El héroe se marcha.
- 12) Prueba. El donante somete al héroe a una prueba que le prepara para la recepción de una ayuda mágica.
- 13) Reacción del héroe. El héroe supera o falla la prueba.
- 14) Regalo. El héroe recibe un objeto mágico.
- 15) Viaje. El héroe es conducido a otro reino, donde se halla el objeto de su búsqueda.
- 16) Lucha. El héroe y su antagonista se enfrentan en combate directo.
- 17) Marca. El héroe queda marcado.
- 18) Victoria. El héroe derrota al antagonista.
- 19) Enmienda. La fechoría inicial es reparada.
- 20) Regreso. El héroe vuelve a casa.
- 21) Persecución. El héroe es perseguido.
- 22) Socorro. El héroe es auxiliado.
- 23) Regreso de incógnito. El héroe regresa, a su casa o a otro reino, sin ser reconocido.
- 24) Fingimiento. Un falso héroe reivindica los logros que no le corresponden.
- 25) Tarea difícil. Se propone al héroe una difícil misión.
- 26) Cumplimiento. El héroe lleva a cabo la difícil misión.
- 27) Reconocimiento. El héroe es reconocido
- 28) Desenmascaramiento. El falso queda en evidencia.
- 29) Transfiguración. El héroe recibe una nueva apariencia.
- 30) Castigo. El antagonista es castigado.
- 31) Boda. El héroe se casa y asciende al trono.
III. La influencia de Joseph Campbell en el guión de StarWars.
Las dos caras del héroe.
Opinión de David_Dobel sobre Star Wars Episodio III, La venganza de los Sith del 9 de Febrero de 2006
Hay muchos fan de la trilogía original de Star Wars que odian los 3 nuevos episodios de Lucas. Les parece que la saga debió quedarse como estaba y punto final. Yo solo puedo decirles una cosa: vosotros os lo perdéis. Somos millones los que disfrutamos como niños viendo películas como «La venganza de los Sith». Decía Marshall Mcluhan que «El medio es el mensaje». Parece que George Lucas está de acuerdo con esto y se ha empeñado en hacer que el cine sea un mensaje en sí mismo. Lucas nos ofrece en cada nueva película el mejor espectáculo que la tecnología puede dar. Si hay una nueva cámara digital más potente es seguro que Lucas la está utilizando. Si hay un programa informático que sea capaz de hacer mejores animaciones, los currelas de ILM lo usan inmediatamente. La creatividad frente a la destrucción, el lado luminoso frente al lado oscuro, éste parece ser el mensaje que quiere transmitirnos Lucas con sus películas. Hay que quitarse el sombrero ante el trabajo que han realizado todos los diseñadores y animadores de esta película. El mundo sería mucho más aburrido y gris sin ellos.
Es interesante recordar que la saga galáctica de Star Wars comenzó en años en los que en Hollywood estaba de moda el cine hiper-realista. George Lucas, contra-corriente, se empeñó en contar una historia de carácter mítico ambientada en un mundo irreal. Parece que Lucas está de acuerdo con Carl Jung en que hay una especie de «inconsciente colectivo» que une a toda la humanidad. Es como si para Lucas los mitos y los símbolos tuvieran una fuerza narrativa tremenda porque se introducen directamente en los lugares más profundos de nuestro inconsciente. ¿Qué mejor forma de ver la deshumanización a la que lleva la maldad que teniendo delante a un personaje como Darth Vader?, mitad hombre, mitad máquina. ¿Cómo se pueden mostrar mejor los disfraces que utiliza la maldad humana que viendo la cara deformada del canciller Palpatine?: un hombre que se comporta de forma noble y amable; y que por dentro es, en realidad, un monstruo con ansias de dominar el mundo entero.
Lucas pasó dos años estudiando mitos de todas las culturas del mundo antes de hacer el guión de Star Wars.
Al parecer este interés surgió en él tras leer el libro «El héroe de las mil caras» de Joseph Campbell. Este autor defiende la teoría de que la mayoría de los mitos antiguos son, en realidad, manifestaciones de una misma historia, que sirvió de base durante milenios para la educación emocional de hombres de todas las culturas de la tierra. La historia se fue extendiendo por todos los confines del planeta porque transmitía unas verdades eternas acerca del alma humana. Con el nacimiento de la ciencia empírica se fue arrinconando el conocimiento que se transmitía en estos mitos porque se consideraron fruto de la ignorancia de pueblos primitivos y salvajes.
La teoría de Campbell se puede resumir así: Einstein descubrió algunas de las más complejas leyes de la física, pero, por más que lo intento, fue incapaz de encontrar una solución para evitar la guerra que provocó Hitler. La personalidad de Hitler (o Stalin, o Pol Pot…) es un misterio para la ciencia actual, pero no lo era para los «primitivos» e «incultos» hombres que vivieron siglos antes de Jesucristo. ¿Por qué?. Pues porque una historia mítica les había instruido muy bien sobre los individuos como Hitler.
En esta historia mítica un héroe debe emprender una aventura porque algo altera su vida cotidiana llamándole a realizar una gran misión (rescatar a un unicornio encerrado, conseguir el vellocino de oro, liberar a la princesa Leia de las garras del Imperio). Esta princesa o unicornio son símbolos de la libertad que ha sido eliminada por un tirano que está esclavizando al pueblo mediante un sistema político dictatorial. Solo si el héroe vence al tirano la libertad podrá salir de la alta torre en la que fue encerrada. Es común que la aventura haya sido anunciada por una profecía. En esta profecía se afirma que el héroe tiene un origen divino (Dios fecunda a una virgen) o tiene sangre real en sus venas (Luke es hijo secreto de la princesa Padme). Así se remarca la grandeza de la personalidad del protagonista y la santidad de su misión.
Es obvio que todos los evangelistas cristianos han intentado identificar a Jesucristo como el héroe profetizado que planteaba este mito ancestral. Todas las falsificaciones que la Iglesia ha hecho para intentar encajar con calzador a Jesús con el personaje pueden consultarse en el magnífico libro «Mentiras Fundamentales de la Iglesia Católica» de Pepe Rodríguez. Como muestra un ejemplo: al nacer Jesús no cumplía ninguno de los requisitos profetizados: ni tenía sangre real, ni era hijo de virgen, ya que tenía varios hermanos mayores, ni tampoco nació en Belén, como decía, concretamente, la profecía judía, ya que era de Nazareth.
El héroe comienza un viaje simbólico a través de un lugar mágico que representa las profundidades del alma humana (un gran lago, una cueva profunda, un bosque tenebroso, una lejana galaxia…) El lugar está lleno de magia y en él habitan criaturas deformes y peligrosas que simbolizan el mal y que impiden al héroe lograr su objetivo (dragones, ogros, minotauros, Darth Vader, Palpatine…) En ocasiones estas criaturas tratan de seducir al protagonista para que éste se les una o para destruirlo (las sirenas intentan atraer con sus cantos a Ulises, Orfeo y Jasón tal y como Palpatine tienta a Anakin)
El héroe encuentra a un anciano sabio o monje (un gnomo, Obiwan, Yoda…) que le ayudará en su lucha, adiestrándole en los secretos de la vida, y dándole un arma o talismán para defenderse de las bestias (un ovillo para salir del laberinto del minotauro, un conjuro, una espada láser, las bellotas y la varita mágicas de Willow..)
Según Campbell, este sabio es un símbolo de que toda persona que se lo proponga puede encontrar, dentro de su propia mente, respuestas a las preguntas más importantes acerca del ser humano. Eso si, se requiere voluntad, esfuerzo y dedicación para ir superando las barreras psicológicas internas que nos impiden adentrarnos en las profundidades de nuestro inconsciente. Es imprescindible que el protagonista complete bien su entrenamiento ya que si no lo hace se expone a fracasar en su misión (tal y como le pasa a Luke). Solo los que tienen un conocimiento total de sí mismos pueden enfrentar con éxito la difícil tarea, ya que el demonio es muy astuto y es fácil caer vencido o engañado entre sus garras. Puede, también, que el héroe se encuentre en su camino con otro personaje que se caracteriza por ser un sinvergüenza sin credo ni bandera (el ladrón Madmartigan en Willow, Han Solo el contrabandista..) Este personaje terminará comprometiéndose en la misión y ayudará al héroe en su lucha contra el demonio. Lo más probable es que este caradura represente la parte irresponsable que hay dentro de todo hombre. Sin renunciar a esta parte, no se puede lograr una profunda maduración personal.
El héroe marcha y encuentra la guarida de la bestia. Entra y lucha con el demonio, aunque puede darse el caso que sea devorado por él (Luke entra en la Estrella de la Muerte tal y como el héroe del mito era tragado por una ballena o monstruo; o entraba en un laberinto).
Esta parte simboliza que el protagonista debe ir hacia dentro de sí mismo y no hacia afuera para llegar a un auto-conocimiento más profundo. Se enfrenta a la bestia y, entonces, descubre que la misma naturaleza del demonio tenebroso está también, en potencia, dentro de él (Luke se entera de que Darth Vader es su padre). Entonces el héroe debe elegir entre unirse al mal o rechazarlo (Luke, prefiere rehusar a todo egoísmo e intenta suicidarse, tirándose al vacío para no unirse a su padre). Un hombre debe «matar» las partes negativas de su interior para poder renacer como un nuevo ser. Sin realizar ese esfuerzo interior no se puede llegar a la renovación del espíritu. Si se niega a unirse al mal, el héroe renace de sus cenizas y resurge como un nuevo hombre más sabio y completo (Jonás sale de la ballena).
Tras burlar a la bestia con una astucia el héroe la vence (eliminación de las defensas de la nave imperial, Willow engaña a la bruja Bavmorda con el truco del cerdo) También cabe la posibilidad de que rescate a la princesa sin luchar y que, escape siendo perseguido por el villano que tras alcanzarlo se enfrenta a él en un combate a muerte. Esta pelea viene a ser una especie de examen final en el que el héroe debe demostrar que ha aprendido bien la lección al lo largo de todo su entrenamiento anterior. Puede ocurrir que el protagonista esté a punto de ser vencido y resurja de sus cenizas logrando finalmente vencer al malvado. Es el símbolo de un nuevo renacimiento interior en el que el héroe demuestra ser un hombre totalmente nuevo.
Tras la victoria el protagonista vuelve al mundo ordinario trayendo consigo profundos conocimientos (el elixir de la inmortalidad) acerca del ser humano que serán útiles para todo aquel que quiera escucharle. El héroe, en principio, solo quería liberar a la princesa pero al tener que enfrentarse a su malvado guardián acaba conociéndolo de un modo tan profundo que reconoce su maldad también dentro de sí mismo. Es decir, su conocimiento de la bestia hace que se amplíe su propia conciencia interior y así se logra un cambio personal.
Pongamos un ejemplo sacado de una película «mítica»: «Centauros del desierto». Ethan (John Wayne) debe rescatar a su sobrina Debbie de las garras de los salvajes indios que la han raptado. Ethan siente un odio «animal» hacia los malvados indios. Ethan entra en territorio enemigo (se introduce en el laberinto) y tras años de búsqueda y lucha encuentra a Debbie convertida en lo que más aborrece: una india. Su primer impulso es matarla, pero entonces ocurre algo. De repente, Ethan tiene una revelación interior: él es tan malvado como los indios a los que tanto desprecia. El odio le ha corrompido hasta el punto de matar a lo que más quiere en el mundo: su sobrina. Entonces Ethan toma la dura decisión de extirpar toda esa parte racista que hay dentro de él y no mata a la muchacha. Así puede renacer como una nueva persona más equilibrada y sabia. Seguro que algunos no estarán de acuerdo con esta interpretación y argumentarán que el guión tiene un fallo ya que Ethan, aunque aparenta cambiar, en el fondo no lo hace. Perdona la vida a Debbie solo por ser su sobrina, es decir, lo hace por un sentimiento egoísta. Pero lo innegable es que la intención del guionista ha sido la de reproducir la estructura argumental del antiguo mito.
Pero puede ocurrir lo contrario, es decir, que el héroe sucumba a las fuerzas del abismo convirtiéndose en un demonio malvado. En este caso, el héroe se encierra en su propio egoísmo y se convierte en el tirano malvado que juró combatir al principio de la aventura.
En Star Wars, Anakin debe decidir entre su deber como Jedi (defender la libertad política) o perder a su mujer. Anakin decide no desprenderse de su posesión más preciada. Los demás ya no serán nunca más seres humanos libres e iguales, sino cosas sobre las que él puede ejercer su derecho de propiedad. El deseo de poseer le lleva entonces al ansía por dominar toda la galaxia. Así se une al Imperio, es decir, se une a la máquina legal y militar que anula las libertades de los individuos convirtiéndolos en esclavos del gran sádico dominador: el Emperador. Al final de la saga Anakin toma la decisión de suicidarse para salvar la vida de su hijo, y destruir el Imperio. Es decir, Anakin se libera de su egoísmo y hace un acto supremo de bondad, convirtiéndose así en el héroe que no fue y en el mesias anunciado por la profecía. En mi modesta opinión hubiera sido más coherente que Darte Vader no hubiera salido nunca del lado oscuro. Como el mismo Yoda dice: «quien es seducido por el lado oscuro de la fuerza ya no da marcha atrás jamás». Luke debió resolver la situación por sí solo.
Los personajes de C3PO y R2D2 los creó Lucas inspirándose en dos secundarios cómicos de la película «La fortaleza escondida» de Akira Kurosawa. C3PO tiene una función parecida a la que tenía el coro en las obras griegas (comentar con la audiencia todos los hechos que van ocurriendo en la aventura). R2D2 se asemeja al personaje del «mensajero» griego, que era el encargado de llevar noticias importantes al héroe para motivar así el desarrollo de la historia.
En resumen: para Campbell la cultura de los pueblos no es el resultado de una creación de las masas, como suele pensarse. Son unos pocos individuos (los héroes) los que son capaces de salir de las normas y límites establecidos por su sociedad e ir más allá para ampliar los conocimientos de su pueblo. Así es como las culturas avanzan (o retroceden): por el impulso de un solo héroe.
Algo de razón debe tener Campbell, ya que si vemos las culturas que en el 2006 pueblan la tierra nos encontramos con que la mayoría de ellas están basadas en la ideología que un solo hombre fundó: Moisés para los judíos, Jesucristo para los cristianos, Mahoma para los islámicos, Buda para los budistas…
Con toda esta base mítica, Lucas ha escrito una historia en la que nos muestra como el bien y el mal que habitan dentro del corazón de todo hombre permanecen en un difícil equilibrio, que puede llegar a romperse en cualquier momento. Una historia en la que vemos como el egoísmo lleva al hombre a la agresividad, la violencia y el deseo de dominar a los demás.
Resulta muy interesante comprobar la enorme similitud que existe entre las teorías del psicólogo Erich Fromm acerca de la biofilia-necrofília del ser humano con las ideas acerca de «la fuerza» que se plantean en el guión de Lucas. También es significativo como las teorías de Fromm coinciden con las de Campbell al identificar, ambos, los sistemas fascistas de gobierno con las culturas influenciadas por las religiones monoteístas. La imagen del único Dios Todopoderoso es traspasada simbólica y afectivamente a la del Dictador político omnipotente. Si a alguien le interesa este tema puede consultar los libros: «Anatomía de la destructividad humana», «Ética y psicoanálisis» y «El miedo a la libertad» de Fromm; y «Las máscaras de Dios» de Cambpell.
Decía un veda: «La verdad es solo una, los sabios solo le dan diferentes nombres».
Lo único que se puede reprochar a este Episodio III es a nivel de guión: la transformación de Anakin al lado oscuro es bastante light. Resulta poco creíble que un hombre pase de ser un poco chulito y soberbio a convertirse en un monstruo asesino de una forma tan rápida e incoherente. Éste era el plato fuerte de la historia y Lucas debió echar mucha más carne en el asador. Frente a este mediocre Anakin nos encontramos con un soberbio Canciller Palpatine interpretado por Ian McDiarmid. Un monstruo con dos caras: la de responsable hombre de Estado y la de canalla capaz de engañar al mismo demonio. Viendo a este siniestro personaje no queda más remedio que pensar en Hitler y en Stalin. Los hombres más malvados de la historia de la humanidad ha sido expertos en ocultar sus ansías de destrucción y de poder absoluto bajo los más nobles disfraces. Si alguien quiere hacer algo malo es necesario esconderlo para que los demás no puedan darse cuenta y evitarlo. La descripción de cómo Palpatine logra, desde dentro, derribar la democracia para instaurar una dictadura fascista es, sin duda, lo mejor de esta película. No queda, sin embargo, muy bien expuesta la inquietante idea de Lucas acerca de que los pueblos y los sistemas políticos acaban suicidándose cuando la corrupción está generalizada en ellos.
La mayor crítica que se puede hacer a la saga de Star Wars son dos incongruencias bastante grandes de George Lucas. Primera: su odio hacia las máquinas. En Star Wars las máquinas aparecen constantemente como una amenaza contra el hombre. Lucas es un convencido defensor de la vida campestre. El malvado Imperio Galáctico, con sus innumerables robots asesinos, aparece siempre como una amenaza a la idílica vida natural del campo. Y esto lo afirma un hombre que siempre ha estado obsesionado por utilizar toda nueva tecnología digital que haya en el mercado para hacer efectos especiales. Este temor a las máquinas viene de lejos en el cine y su última manifestación la hemos podido ver en Matrix. Evidentemente, las máquinas no son buenas ni malas, sino que es bueno o malo el uso que el hombre hace de ellas.
Segunda incongruencia: en Star Wars los comerciantes y los banqueros aparecen siempre como aliados del mal. En fin, creo que no vale la pena recordar que Lucas ha sido el gurú del merchandising y que ha ganado montañas de dólares que, evidentemente, guardará en algún banco a buen recaudo.
Al final habrá que darles la razón al señor Lucas y al señor Campbell y reconocer que no hay cosas más verdaderas que los mitos y los símbolos. Los hombres solemos ir por la vida ocultando lo que realmente somos. Los personajes de Star Wars se nos presentan como símbolos de todo lo que hay en lo más profundo de nuestro interior. ¿Será por eso por lo que nos parecen tan auténticos?
- El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell.
- El viaje del héroe según Campbell
- Wikipedia
Creo que el hombre ha necesitado siempre crear mitos para intentar interpretar lo inexplicable, pero también para soportar la dureza de este tránsito (o lo que sea) llamado «vida» o «realidad» o «este mundo», etc. en toda su enorme cantidad de manifestaciones y peripecias. También la ciencia puede llegar a ser un mito para muchos, porque necesitamos creer en algo (tanto tangible y aparentemente irrefutable como lejano o brumoso) para atravesar esta prueba.
Estoy bastante de acuerdo con lo que cuentas.
A mí me gusta también «Dune» y su saga.
Saludos.
Vaya Dinosaurio, resulta que prefiero mil veces la saga de Dune. Me parece maravillosa. Es una pena que las aproximaciones a la obra de Frank Herbert no haya tenido la repercusión que tuvo Starwars. Supongo que la obra de Herbert es mucho más profunda y complicada para que sea algo tan comercial como la avalancha Starwars y sus conceptos.
Dune ha sido siempre una de mis obras favoritas, con una aproximación a todos estos concepto de una forma mucho más interna y firme, inteligente y evolucionada. Ofrece una visión totalmente lúcida de la religión, del mesianismo y de conceptos que hemos hablado en otras entradas.
Gracias por estar aquí.
Atentamente
Edanna
Mis felicitaciones, Edanna. Este permalink me lo guardo, porque sintentizas en un post dos teorías sobre la creación de relatos que me interesan. La de Campbell la conocía, la otra me la has descubierto.
Sin embargo me parece muy gracioso el artículo que has incluído sobre Star Wars. Comienza diciendo a los que pensamos que son un asco que peor para nosotros… y luego, más adelante, parece que se da cuenta de por qué son un asco. Interesante.
Respecto a Dune, tengo que decir que he leído tres libros y la impresión que saqué fue la misma que con Matrix: el primero es una joya, pero podría haberse ahorrado Herbert los siguientes.
Un gran post. Gracias, Edanna.
Me alegro que te guste. Actualmente estoy releyendo algunas obras de Campbell, concretamente las Máscaras de Dios, y me gustaría profundizar más en ello pues me apasiona.
Saludos y gracias por tus paseos en este blog.