El tiempo transcurre en Dyss…, como en cualquier otro lugar. Quizás con la diferencia de que éste no lo hace de manera tan impertérrita aquí como en otros sitios.
El tiempo tiene algo de libre albedrío y muchos creen que es capaz de tomar sus propias decisiones.
Sea esto cierto o no, es útil trazar pautas para organizarse en el transcurrir de los días. Saber cuándo es preciso sembrar o recoger la cosecha; salir a la mar con garantías de regresar encontrando provecho en medio de las aguas; iniciar un viaje con posibilidades de tener algún conocimiento de los días que han transcurrido, o bien, de los que faltan para poder volver al hogar… Resultan todos buenos ejemplos donde la cuenta del tiempo es conveniente.
También resulta ventajoso para ir un poco más allá de, aunque por lo general sea suficiente, organizar una reunión al alba o al caer el sol; despertarse cuando canta el gallo o comienzan a cantar los pájaros, o de reunirse cuando el sol está en lo más alto. Formas de mantener un control del tiempo que desde el principio de los días bastó para el transcurrir de lo cotidiano.
La utilidad de medir el paso del tiempo depende de las necesidades que tengamos de su propio uso y es un concepto que cambia con el desarrollo social y económico. El concepto de la puntualidad, de los horarios y de la hora fija señalada con rotundidad, son conceptos que aparecen cuando una sociedad crea una necesidad para ello. En el caso del mundo terrestre, o de “La Tierra”, esto se produjo tras nacer el concepto de la máquina y del obrero como fuerza de trabajo y de todo cuanto significa “La Revolución Industrial” a su alrededor. La necesidad de confinar a los trabajadores en torno a las máquinas y hacerlas funcionar, de tener una infraestructura de usos y de consumo de grandes cantidades de energía en torno a la producción y del desarrollo en serie, significó la forja de las cadenas del tiempo y de la servidumbre al reloj, única manera de llevar una agenda estricta enfocada a generar cuanto más mejor. Esto se contagió a todos los niveles de la sociedad y la vida enfocada al trabajo de producir todo lo posible generó que la puntualidad fuese considerada una “virtud”.
Una “virtud” que era conveniente, por lo que así se instruyó. Y así lo asimiló la consciencia colectiva.
Son por tanto éstos, conceptos que están más allá de un mundo que se contenta con la siembra y recogida de sus cosechas; que cuida del ganado llevándolo a pastar y guardándolo al atardecer; que produce de forma artesanal con el fin de abastecer a nivel local y, en casos muy concretos, que produce a un nivel regional de pequeña escala.
Por lo tanto, si aceptamos que muchas criaturas conscientes encuentran de utilidad un calendario, a continuación te muestro cómo se enseña a medir el tiempo en Dyss y así es como lo aprenden sus habitantes.
De las horas
-Trece partes tiene un día. Trece partes dividen la jornada. Cada parte es un término para un mundo al que le agrada cuanto hay de poético y de misterioso en cada momento. La jornada completa de trece partes forma un día que en Dyss se denomina, “Verso”.
Cada una de las trece partes equivale a algo menos de dos horas “Terrestres”. Cada parte recibe un nombre. Puesto que la utilidad de un calendario obedece a las necesidades de sus usuarios, es en los momentos de luz diurna cuando las cuentas son más precisas.
Así pues, de las horas, son sus nombres:
1ª. Madrugada: Hora Primera. También llamada “La Deshecha” o “Incompleta”.
-Alrededor de las 3 de la madrugada de la cuenta “Terrestre”.
2ª. Vespertilio o Vísperas: Hora segunda y llamada, “la hora de las vacas”, por razones obvias… O no tan obvias parece…, ¡es cuando hay que ordeñar!
-Se corresponde con las 5 ó 6 de la mañana de la cuenta “Terrestre”.
3ª. Prudente / Decente: Hora tercera o llamada irónicamente “Primera”, por el labriego, que es cuando se levanta. Aunque en general todo el mundo la llama: “La Decente”. También, la del "labriego”.
-Se corresponde con las 7 u 8 de la mañana de la cuenta “Terrestre”.
4ª. Cuarta: Hora cuarta, aunque en contradicción algunos la llaman: “Segunda”, algo despectivamente. Esto es así porque es la hora, por lo general, en la que comienzan la faena los artesanos, o “segundos” en comenzar el trabajo. A la gente le encantan estas cosas…
-Se corresponde con las 9 ó 10 de la mañana de la cuenta “Terrestre”.
5ª. Reina: La hora quinta es “Una Reina”. Todo cuanto se haya hecho hasta aquí habrá valido la pena, según la sabiduría popular. En realidad debería denominarse “La hora del Rey” que es cuando los reyes se toman un tentempié. Pero ya se sabe lo que pasa, y quien manda no suele ser el de bigote más fino sino la de la falda mejor recogida.
Muchos, de forma petulante, la llaman con cualquier apelativo que corresponda a un alto cargo, así también es la hora del procurador, del noble, del rico, del escriba, etc.
-Se corresponde con las 11 ó 12 de la mañana de la cuenta “Terrestre”.
6ª. Dyss Sexta: o “Rima sexta” la denominan algunos. La hora sexta es a la tierra, al mundo y a la bóveda celeste. Marca la mitad del día y en este momento se dejan todas las labores para dedicarse a uno mismo y al descanso. Pese a que en Dyss rendir culto al mundo es una prohibición generalizada, muchos no pueden evitar pensar que es el momento de honrarla y de dedicarle un pensamiento con alguna petición o plegaria.
-Se corresponde con la 1 ó 2 de la tarde de la cuenta “Terrestre”.
7ª. Cautiva: Hora séptima. Dicen que se llama así porque es el momento de reanudar el trabajo, siendo pues “cautivos” de un momento del día que nos vuelve a llevar consigo.
-Se corresponde con las 3 ó 4 de la tarde de la cuenta “Terrestre”.
8ª. Serena: La hora octava del día, o “Rima octava”, la llaman algunos. Dicen que como a esta hora se está cansado de una larga jornada, a este momento del día se le conoce por su tranquilidad, su lentitud y su parsimonia, habiéndose ganado el apelativo de: “La hora de los caracoles” o “Perezosa”.
-Se corresponde con las 5 ó 6 de la tarde de la cuenta “Terrestre”.
9ª. Plácida: La hora novena o “Novena rima” por algunos, y por cuyo nombre se puede desprender que es cuando generalmente se dan por terminadas las tareas del día.
-Se corresponde con las 7 u 8 de la tarde de la cuenta “Terrestre”.
10ª. Décima: La hora décima y a veces también, “La rima décima”, también llamada: “La Última”, aunque no lo sea realmente. Marca el fin de la jornada y el momento de marcharse a casa.
-Se corresponde con las 9 ó 10 de la tarde de la cuenta “Terrestre”.
11ª. Tardía: La undécima hora. Momento de estar en casa y atrancar bien puertas y ventanas. A esta hora, es tarde, y eso basta.
-Se corresponde con las 10 u 11 de la noche de la cuenta “Terrestre”.
12ª. Remota: Duodécima hora. También se la conoce como “Lejana”, pues es un término que expresa que está ya la noche avanzada y es imprudente andar en estos momentos por el exterior. Todo siempre desde el punto de vista de los campesinos y gentes honradas…, y no tan “honradas”.
–Se corresponde con las 12 de la noche de la cuenta “Terrestre”.
13ª. Ignota: Décimo tercera hora o “La hora trece, como la denominan los eruditos. “La Ignota” es un momento a tener muy en cuenta pues es cuando suceden los hechos más extraños, “o naturales” según se mire, del mundo. Es la hora mágica, delicada, especial e imprevisible; momento en el que suceden muchos cambios en Dyss.
En la hora Ignota no debe andarse por ahí, fuera de casa, y no se debe hacer nada según las costumbres populares de muchas regiones, aunque esto varía según los lugares.
–Se corresponde con la 1 ó 2 de la madrugada de la cuenta “Terrestre”.
Así, con el transcurso de las horas a lo largo del día, no hemos hecho más que empezar pues recuerda que:
-Trece partes tiene una jornada, esas partes son las horas del día.
-El día, o jornada, se denomina: “Verso”.
Por tanto, “nueve versos” forman una semana o “Novena”, como veremos…, en el próximo apartado.
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