Y en la oscuridad antes del alba
se internaron en el bosque
adentrándose en la noche
que lleva a la tierra blanca

Corrieron durante horas
sin mirar a sus espaldas
pues el terror que allí quedaba
se llevaba la razón, destruía las almas

Y en un recodo del camino
divisaron a niñoroto
que de su ciclo había regresado
para llevarlos en su lomo

¡Niñoroto! ¡mi ciervo encantado!
¿qué te hicieron en la noche?
que por alcanzarme en tu huida
te encontraste tú tan desdichado

Pero lo ganado y lo perdido
son ilusiones de este mundo
pues en este tu mundo, ganas
cuando piensas que lo perdiste todo

Y susurrándote al oido
nos alzaste sobre tu lomo
para recorrer las millas
que nos separan de este lodo

Sentí las punzadas crueles del dolor
por todo lo que atrás quedó
destruido por la mano
del que no desea nada, la mano del mudador

Y con el alba nos alejamos
en una peligrosa carrera
yo herido por lo que quedaba
de todo cuanto había creado durante eras

Y así llegamos a una posada
en donde proseguiré este cuento
un cuento de regiones encantadas
y de todos mis lamentos

Lamentos que ahora se apagan
porque una fuerza resurge
La propia vida se alza
cuando todo lo demás se destruye

Y lo que ha de venir es sorprendente
pues lo acontecido precede a lo contado
y todo lo que hemos contado
en verdad que ha sucedido…