Dyss, sello general

Siempre envuelta en su propio silencio, Rhiatan calla, vigila y aguarda mientras, serena, contempla el Sendero de Rheya. Que se tenga conocimiento, ninguna criatura ha escuchado jamás una palabra suya brotar de sus labios.

Existen un conjunto de rasgos que la mayor parte de los Centinelas comparten entre unos y otros; de todos, puede que sea el más común el escaso conocimiento que se tiene de ellos; pues muy poco se sabe sobre los principales motivos que guían sus pasos más allá de las meras especulaciones y de si conocen qué nos depara el futuro cuando envíe hacia el presente todas las estaciones que aún han de llegar hasta nosotros.

Rhiatan Se dice que Rhiatan lo sabe; yo apostaría por ello pues, de todos los Centinelas, ella es la única que posee el don de percibir cuanto está más allá de lo que es visible, siendo capaz de visualizar los senderos que traza el tiempo a través de sus diferentes ramales en su largo viaje desde el pasado hacia los días venideros.

Aunque la mayoría de los Centinelas disponen de la facultad de percibir parte de estos caminos, su capacidad es limitada, y ni siquiera La Niña Môrndum puede ver tan lejos como es capaz de ver Rhiatan.

Es corriente referirse a ella como: “Aquella que construye máscaras”, pero es mejor conocida como: “La Chamán”. Entre sus cometidos, Rhiatan se encarga de guardar el equilibrio del Flujo de Almas, custodiando el  mundo de los espíritus y toda la Fuerza Vital que circula a través del mundo. Así pues, Rhiatan es guardiana del cambio y centinela del Sendero de Rheya, manifestación en el mundo de todo el poder del Ellam Yua.

Protege el mundo de lo invisible allí donde todos los demás sentidos son incapaces de llegar, cuidando del mundo espiritual y de la frontera que separa la vida y la muerte. Si la Niña Môrndum es la guía para adentrarse en el más allá, Rhiatan es la protectora del dintel de la puerta que separa ambos mundos al ser capaz de unir el mundo mortal con el mundo espiritual.

Pero las capacidades de Rhiatan llegan mucho más lejos, pues esto sólo significa una pequeña parte de la contribución que ella misma eligió realizar al mundo. Además de velar por este equilibrio, Rhiatan también custodia las encrucijadas que, diseminadas por todo el mundo, conducen a través de todas las diferentes realidades.

Como se detalla en el capítulo, El Árbol del Tiempo, en Dyss el flujo del tiempo se subdivide constantemente, trazando diferentes rutas capaces de mantenerse juntas formando una coexistencia que fluye, paralela, hacia el futuro. Forma así líneas semejantes a las ramas de un gran árbol que crecieran todas juntas partiendo de un tronco común, pero extendiéndose para seguir cada una su propio camino. Estos senderos son conocidos como: Racimos o Ramales del Tiempo, y pueden existir a la vez entremezclándose unos con otros; en ocasiones, con resultados de lo más bizarros.

Es posible acceder a cada uno de ellos, pudiendo conocer realidades diferentes, mediante vías de acceso que se forman en los puntos en los cuales estos ramales se cruzan entre sí; a estos cruces se los conoce como encrucijadas.

Rhiatan, mediante sus sentidos, es capaz de percibir con facilidad los cruces que se encuentran disponibles entre todos los ramales del tiempo existentes, formando caminos serpenteantes que conducen a una vasta infinidad de lugares desde un remoto pasado hasta un distante futuro. Los protege, los custodia y mantiene el equilibrio de los vórtices de energía que los componen.

Para realizar su labor Rhiatan se sirve de sus máscaras, poderosos artefactos de poder construidos por ella misma que la dotan de la capacidad de ver sin utilizar los sentidos ordinarios. Dispone de muchas de estas máscaras destinadas a tareas diferentes, poseyendo cada una cualidades únicas.

Su máscara mariposa, que lleva puesta la mayor parte del tiempo, le permite desenvolverse a través de las diferentes realidades tal y como nosotros somos capaces de movernos a través de la realidad cotidiana de nuestro mundo. Así perduran, siempre bajo su custodia, senderos y encrucijadas, que ella percibe como las líneas luminosas que trazaran las ramas del gran árbol del tiempo. Desplazándose entre ellas, yendo y viniendo, vigila que la fuerza que las mantiene unidas permanezca siempre en equilibrio.

En los nodos donde algún tiempo después se formarán las diferentes encrucijadas, Rhiatan toma consciencia de los intrincados detalles acerca de las diferentes realidades que se solapan sobre nuestro mundo aparente, formando la realidad que percibimos como una y única posible. En ella nos desenvolvemos sin ser conscientes de que la realidad que creemos percibir no es más que el resultado de una “selección natural” de sucesos, y que éstos han conducido hasta el momento presente, justo en el preciso instante en el cual nos detenemos un segundo para pensar en ello. Así pues, Rhiatan, conocedora de todos los caminos y alternativas posibles, observa, medita y guarda silencio.

mujer con máscaraDe todos los seres que habitan el multiverso, Rhiatan es una de las pocas criaturas que, tras haber conseguido cruzar las puertas que conducen a Lavondyss, regresó al mundo mortal por voluntad propia. Toda una proeza si tenemos en cuenta dos cosas: primero, que se trataba de una humana, y segundo, que tras las Fuentes de Lavondyss se encuentra Utopía: la existencia perfecta; el lugar prohibido que nadie desearía abandonar bajo ninguna circunstancia.

Antaño fue una vez una mujer humana mortal que, como cualquiera de nosotros, vivía en su propia realidad cotidiana, la única, la de todos los días. Desde niña tuvo ya la capacidad de percibir los senderos ocultos que, a través de las encrucijadas, componen el lienzo que fusiona la realidad, tejiendo este y ese otro camino uno con el otro para formar lo que todos percibimos como un tejido sólido, continuo y homogéneo. Rhiatan era capaz de percibirlos como un temblor difuso, como un “algo” extraño aquí y allí, como un erizar del vello de su antebrazo en algunos lugares específicos a los que ella, en sus juegos, acostumbraba siempre a poner nombres.

Pero quiso el destino que en el sendero de esa su realidad, estuviese su vida destinada a estrellarse contra una tragedia que la afectaría a ella y a los suyos; lo que más tarde constituiría el origen de una historia sobre la que se construiría su propio mito. Fue precisamente ese don que ya poseía desde el día de su nacimiento lo que marcaría la diferencia que la llevaría a poder elegir entre la vida y la muerte.

Pues se narra en los hechos de su vida que fue su única hija la que, raptada por una banda de proscritos, desapareció un día de su propia casa cuando ella estaba fuera. Dejando herido de muerte a su hombre tras la lucha, huyeron con provisiones y con la pequeña como botín a fin de, más tarde, divertirse con ella.
Rhiatan, sin poder impedirlo ni poder hacer nada para evitarlo, totalmente desesperada, tan solo tuvo como única opción salir en persecución de los captores.

Entraría a formar parte de su búsqueda un personaje que tuvo un papel muy importante en toda esta historia; se trataba de Curadhan, El Ciervo de Cullegh, que la ayudó a encontrar los indicios necesarios para poder seguirle el rastro a los proscritos. Así pues pudo guiarla los primeros días de persecución hasta que, utilizando unas habilidades de las que ella era muy poco consciente hasta aquel momento, utilizó las distintas encrucijadas por sí misma para conseguir tomarle ventaja a los asaltantes, a los que conseguiría dar alcance al final. Por mediación de Curadhan, éstos se habían perdido en la realidad alternativa de un distante pasado varado en el tiempo.
De no ser por todas estas circunstancias, en ningún otro caso habría podido Rhiatan tener la oportunidad de volver a ver a su pequeña una vez más.

Enloquecidos por el terror que les producía una realidad cuyo tiempo era incapaz de moverse en ninguna dirección, los captores abandonaron a la niña, que muy mal herida y completamente extenuada, no sobreviviría a un viaje de regreso. Rhiatan consiguió alcanzarla tomándola en sus brazos mientras los espantados caballos de los captores huían de puro terror ante la visión de un extraordinario portal en llamas que, conduciendo hacia las Fuentes de Lavondyss, se alzó de forma súbita entre ella y los criminales.

Éstos, al intentar escapar de aquel lugar atravesando el portal perecieron consumidos por el fuego que se cerró sobre ellos. Así terminaron sus días aquellos proscritos, al intentar cruzar el acceso que conduce hacia un lugar con el que todas las criaturas del multiverso han soñado alguna vez durante su existencia.

Rhiatan, sabiendo que aquella era la única posibilidad que tendría su pequeña y pese al terror que le producía aquella senda hacia un nuevo y extraño mundo, reuniendo el coraje suficiente se adentró a través del portal con su hija en brazos, desapareciendo de todas las realidades que han existido o que existirán alguna vez.

Un día, mucho, mucho tiempo después, regresó; surgiendo de nuevo a través de las llamas del portal hacia la realidad de nuestro mundo. Volvió sola y en completo silencio.
En su mano izquierda portaba una máscara con forma de mariposa, de su costado colgaban algunas otras de muy extrañas formas y, en su mirada, el rostro sereno del que sabe esperar cuanto haga falta por todo cuanto esté por venir hasta cada uno de nosotros, un día, desde algún lejano futuro.

Rhiatan jamás pronuncia una sola palabra ―sin que se sepa en realidad si es capaz o no de hacerlo―; no le hace ninguna falta pues proyecta sus ideas y sus pensamientos directamente sobre la mente de cualquier criatura viva. Es capaz también de entrar en contacto de forma parcial con la mente del mundo, lo que supone todo un reto para alguien que una vez fue mortal, poseyendo un elevado nivel de comprensión de una parte de la Gran Consciencia.

Le disgusta profundamente toda forma de civilización, que considera perversa, degradante y una fuente de corrupción para el espíritu, aunque la tolera sin alzarse ni pronunciarse contra ella. Sin embargo, por esta razón mantiene una mala relación con Anningan “La Jagath” y su hermana menor, Malina. No obstante mantiene, como es obvio dados los hechos de su historia, una relación excelente con Curadhan, además de con Androval “El Errante”, con los que comparte muchas largas y misteriosas aventuras.

Rhiatan tiene una gran cantidad de seguidores sobre los que no se pronuncia ni dicta reglas de conducta, pero que tolera algo a regañadientes. Auténticos creyentes algunos que la siguen de corazón, en contraposición a  muchos otros que no tanto y que si la siguen es por las razones más peregrinas, constituyen todos una población de fieles que busca encontrar la paz del espíritu y la serenidad de una vida sin sufrimiento pero, por encima de todo, la mayor parte de ellos lo que más anhela es descubrir el secreto que pueda conducirlos a encontrar algún día las fuentes que conducen a la Región Prohibida, a Lavondyss, tal y como ya ella consiguió hacer una vez.

La verdad que se esconde tras una búsqueda de este tipo se trata de algo extremadamente más complejo que el de seguir una serie de preceptos y el de cumplir con un conjunto de tareas; en este aspecto, Rhiatan poco puede hacer para influir en los deseos de las criaturas del mundo, aunque sí procura guiarlos, evitando que se extravíen persiguiendo metas absurdas y realizando acciones insensatas.

No dispone de morada fija ni, que se sepa, posee un emplazamiento conocido. Rhiatan vive el transcurrir de su existencia de forma errante, siempre de un lado para otro sin importarle ―y al parecer sin tampoco afectarle―  la dureza del clima o las duras condiciones de una vida dedicada a recorrer los senderos que cruzan el espacio y el tiempo. Nada de esto le importa pues ha dedicado su vida a guardar y proteger todos los pasajes sobre los que la Gran Consciencia, reflexiona, madura y, junto a todos nosotros, sueña.

Principios

―La realidad de tu existencia es cuanto importa no siendo ninguna mejor o peor, tan solo es diferente, es única y, por encima de todo, es sólo tuya. Tu realidad, pues, te pertenece.

―Todo aquello de lo que formas parte es lo que compone la única utopía que debería importarte.

―La única forma de encontrar la auténtica felicidad que parece tan inalcanzable es renunciando a tu propio ego; aniquilándolo, hallarás el sendero que conduce a la Región Prohibida.

Poder mayor: exaltado.
Origen: nativo.
Alineamiento: Neutral verdadero, (neutral).
Símbolo: Una máscara mariposa.
Color preferente: Dorado y blanco hueso.
Arma predilecta: Bastón y armas contundentes.
Áreas de influencia: Vida, muerte, secretos, destino, profecía, sombras, espíritus, no-vida, magia arcana.
-Dominios D&D 3.X: Muerte, suerte, conocimiento, curación, magia.