La leyenda de Rupes Nigra, además de ser muy hermosa, ha colocado hoy a AlPoma, autor de Tecnología Obsoleta en las manos de todos los «Meneadores» lo cual me alegra bastante porque su blog para mí es indispensable.

La leyenda de Rupes Nigra me recuerda a aquella novela de Julio Verne: «La esfinge de los hielos», en la cual los personajes se topaban con esta montaña mítica, perdiendo el metal y casi la cabeza en el descubrimiento. Una novela curiosa, pues están buscando nada más y nada menos que el paradero de Arthur Gordon Pym, el trágico protagonista de la novela de Edgar Allan Poe, y que Julio Verne aquí homenajea. Rupes Nigra puede que no haya tenido la fama de la atlántida, tampoco le hace falta, pues suyos son los polos magnéticos y es a ella, hacia donde apuntan todas las brújulas del mundo. Indicando que allí quieras o no, permanece, altiva y orgullosa, existiendo para siempre en su propio Reino Mítico.

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Rupes Nigra

Enigma ¿Por qué la brújula se empeña en señalar al Norte Magnético? Vale, hoy día la pregunta no tiene gran misterio dado que se conoce –aunque no con mucho detalle– el mecanismo de generación del campo magnético de la Tierra, causante del comportamiento de las brújulas. Ahora bien, hace siglos ¿qué se pensaba? Había quien recurría, simplemente, a la magia aunque eso, tan socorrido, no es que fuera muy satisfactorio como explicación. Otros, pensando un poco más, sugirieron que si una piedra imán era capaz de atraer el hierro, lo lógico era deducir que allá lejos, en el Polo Norte –más bien en el polo magnético que no es lo mismo que el geográfico– tendría que haber un imán tan gigantesco que fuera capaz de “embrujar” a todas las brújulas del mundo.

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